YU HUA

Yu Hua (1960-...)

Yu Hua nació el 3 de abril de 1960 en Hangzhou, pero creció en Haiyan, una pequeña ciudad de la provincia de Zhejiang, en la China de la posrevolución cultural. Su padre era médico y su madre enfermera, lo que le dio un acceso temprano y bastante crudo a la muerte, el sufrimiento y la fragilidad humana, experiencias que más tarde se verían reflejadas con fuerza en su literatura. Originalmente fue dentista, pero, como él mismo ha contado en entrevistas, abandonó esa profesión porque no soportaba el contacto diario con la boca de otras personas. Fue entonces cuando descubrió la literatura, primero con entusiasmo de lector y luego como escritor autodidacta.

Comenzó a escribir en los años ochenta, en un momento de apertura cultural tras la Revolución Cultural, y sus primeras obras fueron marcadamente experimentales, influenciadas por autores occidentales como Kafka, Borges o Márquez, que empezaban a circular de forma limitada pero significativa en el panorama chino. Estos primeros textos eran breves, a menudo fragmentarios, y exploraban la violencia, la alienación y la absurdidad de la vida cotidiana en un país en rápida transformación.

Sin embargo, Yu Hua se consagró internacionalmente con novelas de largo aliento que combinaban la crítica social con la tragedia popular. Su obra más célebre es ¡Vivir! (Huózhe, 1993), una novela desgarradora sobre la vida de Fugui, un hombre que sobrevive a todos los desastres que puede ofrecer la China del siglo XX —la guerra civil, la colectivización forzada, la Revolución Cultural—, y cuya única victoria es precisamente esa: seguir vivo. Esta novela fue censurada en China pero se convirtió en un fenómeno internacional, especialmente tras su adaptación cinematográfica en 1994 por el director Zhang Yimou (aunque la película también fue prohibida en el país).

Otro de sus libros más conocidos es Crónica de un vendedor de sangre (1995), una sátira negra de la China rural postrevolucionaria, y más tarde Hermanos (2005-2006), una novela épica y grotesca que retrata las mutaciones absurdas de la sociedad china desde la Revolución Cultural hasta el capitalismo desenfrenado de los años 2000. Esta última dividió a la crítica por su humor escatológico y estilo desbordado, pero también le otorgó un lugar destacado entre los narradores más provocadores de la literatura china contemporánea.

Yu Hua escribe con una ironía corrosiva, profundamente crítica del pasado reciente de su país, pero también de su presente. En su prosa conviven la violencia, el patetismo y el humor negro.

Curiosidades de Yu Hua

Yu Hua ha contado en numerosas ocasiones que su vocación literaria nació de la repulsión. Trabajaba como dentista, una profesión que consideraba estable y respetada en la China rural de los años setenta. Pero después de varios años, no soportaba seguir mirando bocas abiertas ni tratar con pacientes nerviosos. Así, comenzó a escribir por las tardes como una vía de escape. Irónicamente, este impulso visceral lo llevó a convertirse en uno de los escritores más viscerales de su generación, cuyo lenguaje suele abordar con crudeza el cuerpo, la sangre y el dolor humano.

En una ocasión, Yu Hua recibió el encargo de escribir una novela que exaltara el heroísmo del pueblo chino durante el siglo XX. El encargo incluía una línea editorial clara: debía ensalzar la resistencia, el colectivismo y la fidelidad al Partido. Yu Hua, indignado por la intención propagandística, decidió escribir todo lo contrario: una historia sobre un perdedor común que lo pierde todo —su familia, su riqueza, su dignidad— en medio de un sistema indiferente. El resultado fue ¡Vivir!, una novela que conmueve precisamente por su antiheroísmo. Aunque fue censurada, se convirtió en un texto de referencia para quienes buscan comprender el lado oscuro del milagro chino.

Cuando ¡Vivir! fue adaptada al cine por Zhang Yimou en 1994, el filme fue inmediatamente prohibido en China. El régimen consideró que la película —y por extensión la novela— ofrecía una imagen demasiado trágica y pesimista del país. Pero como suele ocurrir, la censura tuvo un efecto contrario: lectores de todo el país empezaron a buscar copias de la novela en ediciones piratas. La censura terminó catapultando a Yu Hua a la fama entre los lectores jóvenes, que encontraron en él una voz distinta, disonante, valiente.

Yu Hua es uno de los pocos escritores chinos que se reconoce abiertamente deudor de la literatura occidental moderna. En entrevistas ha citado a Kafka, García Márquez, Borges y Faulkner como sus grandes influencias. Lo interesante es cómo ha sabido adaptar esas referencias a un contexto muy específico: la China postmaoísta. De Kafka tomó la lógica absurda del poder, de Faulkner la violencia familiar, de Márquez el gusto por lo grotesco y de Borges el juego con la identidad y el tiempo. Esta mezcla lo convierte en un escritor profundamente chino, pero con resonancias universales.

En sus ensayos y crónicas, Yu Hua ha reflexionado sobre cómo la China que conoció de niño —pobre, rígida, colectivista— se transformó en una potencia capitalista brutal y acelerada. En su libro de no ficción China en diez palabras (2010), analiza términos como “pueblo”, “líder”, “violencia” o “revolución” para mostrar cómo han mutado en la conciencia colectiva. Este libro fue prohibido en su país, pero se convirtió en uno de los más leídos fuera de China. Yu Hua no solo escribe novelas: también documenta con precisión cómo un país puede cambiar tanto… y tan poco, al mismo tiempo.

OBRAS

Después de gastar toda la fortuna de su familia en el juego y en burdeles, el joven Fugui, único heredero de la familia Xu, no tiene otra solución que convertirse en un honesto granjero. Obligado por el Ejército a separarse de su familia, es testigo de los horrores de la Guerra Civil. Años después, tiene que hacer frente a las penurias de la Revolución Cultural. Con un buey como único compañero en sus últimos días, Fugui consigue sobrevivir gracias a su amor por la vida. Esta novela celebra la inalterable voluntad de vivir por encima de las desgracias y los golpes del destino.

*Literatura Diderot recomienda libros por su valor cultural y divulgativo, sin alinearse con ideologías o religiones. Cada recomendación se basa en obras relevantes para el autor analizado.*

El mediano de tres hermanos, Sun Guanglin, se siente ignorado por sus padres. A la edad de seis años lo envían a vivir con otra familia, y regresa tiempo después, el mismo día en que la casa familiar queda
destrozada en un incendio, hecho que intensifica aún más su exclusión. Pero la posición de Sun como marginado en su familia y su pueblo lo emplaza en una situación única para observar la naturaleza cambiante de la sociedad china, mientras las dinámicas sociales y familiares se transforman bajo el mandato comunista. 

*Literatura Diderot recomienda libros por su valor cultural y divulgativo, sin alinearse con ideologías o religiones. Cada recomendación se basa en obras relevantes para el autor analizado.*

Cambios es la narración de los últimos cuarenta años de la historia de China a través de los ojos de un chico que se hace mayor en un mundo demasiado estrecho. Ésta novela es en definitiva la vida de Mo Yan, estudiante, obrero, militar y escritor, y la de la gente corriente que lo ha acompañado desde la infancia; como He Zhiwu, héroe que no reconoce principio de autoridad alguno, o Li Wenli, una chica testaruda, acostumbrada a tomar siempre la decisión correcta que la lleva hacia el camino equivocado.

*Literatura Diderot recomienda libros por su valor cultural y divulgativo, sin alinearse con ideologías o religiones. Cada recomendación se basa en obras relevantes para el autor analizado.*

Mo Yan seduce al lector con las desventuras del comandante Yu y de la joven Jiu’er, una chica obligada a casarse con el hombre que su padre ha dispuesto: un viejo leproso muy rico que posee una destilería. El sorgo, utilizado como ingrediente de un potente vino, era en tiempos de paz centro y símbolo de la vida campesina. En tiempos de guerra se convierte en el centro de la lucha por la supervivencia.

*Literatura Diderot recomienda libros por su valor cultural y divulgativo, sin alinearse con ideologías o religiones. Cada recomendación se basa en obras relevantes para el autor analizado.*