UMBERTO ECO

Umberto Eco (1932-2016)
Umberto Eco nació el 5 de enero de 1932 en Alessandria, una ciudad del norte de Italia, en el seno de una familia burguesa. Su padre deseaba que fuese abogado, pero Eco se inclinó por la filosofía y la literatura medieval, campos en los que desarrolló una carrera académica deslumbrante. Doctorado en Filosofía en la Universidad de Turín en 1954, su tesis versó sobre Santo Tomás de Aquino, lo que marcó el inicio de una larga fascinación por la Edad Media.
Antes de consagrarse como novelista, Eco fue un teórico brillante, destacado semiólogo, catedrático universitario y ensayista lúcido. Sus estudios sobre estética, comunicación de masas y semiótica, como Obra abierta (1962), La estructura ausente (1968) o Tratado de semiótica general (1975), marcaron una época. Su mirada abarcaba desde Aristóteles hasta James Bond, y desde Tomás de Aquino hasta el cómic.
En 1980 publicó su primera novela, El nombre de la rosa, una mezcla deslumbrante de novela policial, teología medieval y metaficción. El éxito fue inmediato y universal. Con su erudición al servicio del entretenimiento, Eco demostró que la novela intelectual podía ser también una novela popular. A esta obra le siguieron otras igualmente ambiciosas: El péndulo de Foucault, La isla del día antes, Baudolino, El cementerio de Praga o Número cero.
Aunque se mantuvo siempre ligado a la universidad, Eco se convirtió en una figura pública respetada y carismática, con una voz crítica y lúcida frente a los excesos de la sociedad contemporánea, especialmente la televisión, la posverdad y el vaciamiento cultural de la política.
Murió en Milán el 19 de febrero de 2016, a los 84 años, tras una vida dedicada al saber, la ironía y la inteligencia compartida.
Curiosidades de Umberto Eco
Aunque llevaba décadas escribiendo ensayos y artículos académicos, El nombre de la rosa fue su primera incursión en la ficción. Lo escribió “para divertirse”, como él mismo confesó, y jamás imaginó que se convertiría en un fenómeno mundial.
Eco consideraba que leer debía ser una experiencia activa. Por eso, en sus novelas hay juegos de espejos, citas apócrifas, referencias cruzadas y trampas deliberadas. Quería lectores atentos, no consumidores pasivos.
Eco tenía dos bibliotecas personales: una en su apartamento en Milán, con unos 20.000 libros, y otra en su casa de campo, con otros 30.000. No los leía todos, claro, pero decía: “Los libros no leídos son más importantes que los leídos, porque contienen lo que aún podemos aprender”.
Tradujo cómics de Superman y escribía sobre James Bond y Charlie Brown. En sus años jóvenes trabajó para la RAI (la televisión pública italiana), y ya entonces mostraba una pasión poco académica por la cultura popular. Analizó a fondo los mecanismos narrativos del cómic, la música pop y la televisión.
Aunque usaba el correo electrónico y publicaba en línea, criticó duramente la web por permitir que “el idiota del pueblo tenga la misma voz que un premio Nobel”. Su frase más citada sobre la era digital fue: “Las redes sociales han dado el derecho de palabra a legiones de idiotas”.
Su ironía era proverbial. Cuando se le preguntó por qué no tenía coche, respondió: “No lo necesito. Si quiero perder el tiempo en un atasco, ya tengo suficiente con algunas conferencias académicas”.
Antes de que una pequeña editorial italiana apostara por ella, la novela fue vista como demasiado compleja y poco vendible. El tiempo dio la razón a Eco: fue traducida a más de 40 idiomas y vendió más de 50 millones de ejemplares.
Su obra académica fue pionera en entender la literatura como un sistema de signos en constante reinterpretación. Consideraba que el lector era “coautor” de todo texto. La interpretación, para él, no era libre, pero tampoco cerrada.
Su figura de profesor bonachón, con barba, gafas redondas y humor socarrón, lo convirtió en una celebridad cultural. Participaba en tertulias, programas de radio y revistas, y no rehuía el contacto con el gran público.
Nunca dejó de enseñar ni de investigar. La literatura era para él un terreno lúdico, aunque profundamente cultivado. Decía: “El escritor debe saber más cosas de las que necesita, igual que un relojero debe tener más herramientas de las que usa”.
OBRAS
En esta primera y brillante incursión de Umberto Eco en el mundo de la narrativa, que dio lugar a una manera de concebir la novela histórica, el lector disfrutará de una trama apasionante y una admirable reconstrucción de una época especialmente conflictiva de la historia de Occidente.
*Literatura Diderot recomienda libros por su valor cultural y divulgativo, sin alinearse con ideologías o religiones. Cada recomendación se basa en obras relevantes para el autor analizado.*
La obra póstuma de Umberto Eco, que el autor entregó a imprenta pocos días antes de morir, es una selección de artículos inéditos en España, seleccionados por él mismo.
Una sucesión de pequeños placeres intelectuales
«Umberto Eco cambió nuestra mirada sobre los libros: imprescindibles, pequeños, frágiles, a veces criminales, casi siempre salvadores. Un maestro que nos enseñó a entrelazar la sabiduría y el juego con su estilo sagaz y lúdico, con su asombrosa inventiva y certera lucidez».
*Literatura Diderot recomienda libros por su valor cultural y divulgativo, sin alinearse con ideologías o religiones. Cada recomendación se basa en obras relevantes para el autor analizado.*
Ludvik Jahn, joven estudiante universitario y activo miembro del Partido Comunista checo, envía a una compañera de clase una postal en la que se burla del optimismo ideológico imperante. Lo denuncian y es expulsado de la universidad y del Partido, y al caer en desgracia se abre ante él un infierno. Atrapado entre dos amores, el de Lucie, tierno y desesperado, y el de Helena, apasionado y cínico, Ludvik vivirá un cúmulo de situaciones a cual más grotesca. De hecho, con el paso del tiempo, su vida se convertirá en una enorme broma pesada: ya no podrá culpar al destino, porque ya no puede sino culparse a sí mismo.
*Literatura Diderot recomienda libros por su valor cultural y divulgativo, sin alinearse con ideologías o religiones. Cada recomendación se basa en obras relevantes para el autor analizado.*