PADRES E HIJOS

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Contenidos

Padres e hijos (Iván Turguénev)

Padres e hijos representa un punto culminante de la literatura rusa. La relación existente entre Arkadi y su padre será protagonista en el drama poético que ensalza Turguenev, consiguiendo extrapolar la relación hacia límites en los que nunca nadie antes había hondado.

Antes de emprender nuestro camino hacia el análisis de Padres e Hijos, creemos conveniente explicar un concepto clave que se presenta en la novela y del que beben, en varias ocasiones, los personajes, para fundamentar sus hipótesis y enriquecer sus disertaciones: el nihilismo.

El nihilismo es una corriente filosófica y cultural que sostiene que la vida carece de sentido, propósito o valor intrínseco, y que las verdades absolutas, aforismos y axiomas son infundados o ilusorios. Aunque esta filosofía se desarrolla en la Rusia decimonónica, tiene su origen en Pirrón, el primer escéptico griego, que enfatiza el hecho de cuestionar todo aquello que ven y no ven nuestros ojos. El budismo, por otra parte, también un yo permanente y el sentido de la vida se ve cuestionado en muchas ocasiones aunque con matices que lo diferencian de esta corriente.

Nietzsche, Heidegger o Sartre son acólitos de la doctrina, y se cuestionan la capacidad del hombre para entender el mundo y la necesidad de ello, haciéndose preguntas que alteran su percepción de la realidad. Pero sin lugar a dudas, el personaje más relevante en este campo es Ivan Turguenev, que popularizó esta corriente en Padres e hijos, novela que procederemos a analizar a continuación una vez aclarado el término.

En este sentido filosófico, Turguenev no está solo, ya que forma parte del círculo de Stankévich, compuesto por Belinski, el poeta Koltsov, Lérmontov, Bakunin y otras grandes figuras de la literatura rusa. La filosofía de Schelling era su punto de partida, tal y como reconoce Bela Martinova en su introducción para la edición de Cátedra Letras Universales. Stankévicj consideraba que la filosofía descubría la verdad en una relación concreta de la existencia. Esta existencia era el vivo espíritu personal. Ivan Turguenev pretendía dibujar con letra todo aquello que observaba, al ritmo que lo captaba su espíritu, por lo que las descripciones, los diálogos y las relaciones entre personajes poseen una gran profundidad debido a la fecunda creatividad del ruso y su capacidad para observar el mundo.

La publicación de «Memorias de un cazador» causó una profundísima impresión en los lectores rusos. Los reaccionarios la consideraron una «obra incendiaria» y el autor fue sometido por parte de las autoridades a una estrecha vigilancia. La aldea rusa, sus campesinos, nunca habían sido descritos con tal profundidad psicológica y tanta simpatía.

***Recuerda que esta página no hace apología de ninguna religión y que tan solo recomendamos libros por su contenido histórico y cultural. 

LOS PERSONAJES

Por esta necesidad de perfección y humanidad, los personajes de Turguenev son realistas y psicológicamente completos. Arkadi y Nicolai Petróvich, hijo y padre, forman un dueto inseparable que trasgrede la obra y camina hacia una sinergia narrativa perfecta. Con sus diferencias, como es lógico, consiguen acercar al lector un vínculo que explora los rincones ocultos del alma.

Por contraposición, Arkadi y Nicolai tienen dos polos opuestos que corresponden a Bazárov, representante de la razón y del apartado más político y metódico del aparato ruso y Pavel Petróvich, hermano de Nicolai y tío de Arkadi y que Turguenev describe así con maestría:

Pável, por el contrario, un solterón solitario, entraba en un borroso periodo de su vida; un período crepuscular y de pesares alentados por la esperanza y de esperanzas con hálitos de pesar; de cuando la juventud se va y la vejez aún no ha llegado.

Aspectos estéticos y poéticos

La obra habla, como es lógico, sobre ese zarpazo vital que supone el adelantamiento por la derecha de la nueva generación, que abruma a los más experimentados, observando cómo, con las ideas pertenecientes a corrientes novedosas, plantean pensamientos y sentimientos que antes no se hubieran podido llegar a acometer. Por ejemplo, la generación de Arkadi y de su amigo, que acude a la granja familiar para conocer a los parientes de sus amigos, sorprende con un sentimiento nihilista de la vida que azora a Nicolai y a Pável. Estos reciben con gusto a los visitantes, pero desaprueban esta serie de convenciones sociales que imperan en el colectivo juvenil sobre frescas ideas sobre la abulia humana.

Sí, hermano, está claro que llegó ya nuestra hora de encargar el ataúd y poner las manos sobre el pecho en forma de cruz como los cadáveres. —Pues no me rendiré tan pronto. Todavía tendremos ocasión de engancharnos con ese curandero, lo presiento”.

Este hecho es ineluctable en la novela. Padres e hijos hace referencia a ese choque que siempre existirá entre dos generaciones tan dispares como las mencionadas. De hecho, esta interpretación no es desconocida para Turguenev ni la intenta ocultar, sino que la resalta llamando la atención sobre la anterior lucha de generaciones entre el propio Nicolai, Pável y sus difuntos padres:

Herederos. ¿Sabes de lo que me acuerdo, hermano? En una ocasión discutí con nuestra difunta madre. Ella gritaba, no quería escucharme…Finalmente le dije que no podía entenderme ya que, al parecer, pertenecíamos a dos generaciones diferentes. Se enfadó muchísimo y yo me dije ¿qué le vamos a hacer? Es un trago amargo, pero había que darlo. Y he aquí que nos ha llegado el momento y ahora mira tú por donde son nuestros herederos quienes nos dicen que no somos de su generación.

Turguénev coloca justo en el centro de este mundo frágil a uno de los héroes clave de la literatura rusa y universal, el estudiante de medicina Bazárov, dotado de una energía prodigiosa para el sarcasmo, la negación y la paradoja, y de un carisma que seduce a la vez que aleja a todo el mundo. Padres e hijos (1862) fue la obra más polémica de su autor.

***Recuerda que esta página no hace apología de ninguna religión y que tan solo recomendamos libros por su contenido histórico y cultural. 

El tiempo y las generaciones

Pudiendo rescatar la frase de Turguenev, podemos asegurar que el tiempo a veces va rápido y otras se mueve lento como una tortuga, pero lo que es sabido es que el hombre es más feliz cuando no se percata de su paso. Y Nicolai y Pável ahora tenían en su contra una generación muy dispar a la suya, más anclada en un régimen ruso conservador que no aceptaba nuevas ideas. Sin embargo, esta generación sí tenían en cuenta a la siguiente, y lo observamos en ejemplos tan subliminales como la relación que Nicolai mantiene con la criada (coeva de Arkadi), enamorada a la vez de este y de su hijo. Dará a luz al hijo de Nicolai, y este será hermano de Arkadi, representante de una tercera generación miscelánea de ambas anteriores.

Soy desgraciada, porque adolezco de ganas de vivir. […] Me siento mayor y parece que ya llevo muchos años viviendo. Detrás de mí quedan tantos recuerdos. Muchos recuerdos, pero pocas cosas que recordar, y delante de mí un camino demasiado largo y sin finalidad. Y además no tengo ganas de avanzar”.

Odintsova es aquí la representación más fiel al espíritu chejoviano del nihilismo, con su progresiva erosión y su denostación de la vida. La inapetencia del espíritu y la indolencia de su carácter que se desvincula del ánimo que nos mantiene vivos.

Bazárov y el nihilismo

Pero, sin lugar a dudas, el mayor exponente del nihilismo y protagonista oculto de la novela es Bazárov, cuyo arquetipo evoluciona desde el pirronismo hasta el nihilismo, y la aceptación de un sentido que luego ha de desvanecerse tras su infausta muerte.

Bazárov procede de una modesta familia campestre. Su padre es médico y de él ha obtenido la admonición para poder investigar sobre todo aquello que le causa reticencias. Por ello, Bazárov es un buen exponente del nihilismo, ya que a través de sus investigaciones se pone de manifiesto la necesidad del hombre de buscar respuestas. Su relación con sus padres no es modélica; nada en él lo es, pero ellos idolatran a su hijo y lo tienen en alta estima. De nuevo, otra frontera entre las generaciones, que Arkadi respetuosamente salva gracias a su visita:

Mi único interés es que con el tiempo, en su biografía, figuren las siguientes palabras: hijo de un modesto médico militar que supo valorarle desde su temprana edad y no escatimó en medios en su educación”.

«Primer amor» (1860) es uno de los mejores ejemplos de su capacidad para retratar los movimientos y pasiones del alma humana. Pocos lectores, en efecto, podrán dejar de reconocer en mayor o menor medida un territorio ya visitado al leer el relato en primera persona del violento enamoramiento del que cae presa el adolescente Vladímir Petróvich por la joven princesa Zinaída Aleksándrovna

***Recuerda que esta página no hace apología de ninguna religión y que tan solo recomendamos libros por su contenido histórico y cultural. 

Sin embargo, Bazárov no es como sus padres, humildes trabajadores que no cuestionan su vida. Su hijo se cuestiona, como acicate nihilista, el sentido de todo a través de reflexiones que no hacen más que poner de manifiesto la incoherencia del universo y de la raza humana en este mundo.

Pues, yo pienso que estoy aquí, tumbado junto al almiar… El espacio que ocupo es tan estrecho y diminuto si lo comparo con el resto de espacio, en el que no estoy, y en el que mi ser nada importa, que el tiempo que yo viva resulta hasta tal punto insignificante frente a la eternidad, en la que no estoy ni jamás estaré. Pero en este átomo, en este punto matemático, la sangre fluye, el cerebro trabaja y también reclama algo... ¡Qué horror, qué tontería! —Eso se aplica generalmente a todas las personas. —Quería decirte que mis padres están ocupados y no se preocupan de su insignificancia, eso no les atosiga. En cambio yo solo siento hastío y rabia.”

Conclusiones

Es al final del libro, cuando ambas generaciones determinan el enfrentamiento, cuando se procede al choque oficial. Bazárov y Pável, enemigos desde el inicio de la obra se enfrentan en duelo al más puro estilo de Pushkin. Pável es herido por el joven pero este le perdona la vida y Pável se reconcilia definitivamente con la generación posterior. Por su parte, Bazárov adquiere el papel de sacrificio, y la muerte, que debía cobrarse a un acólito, ahora lo elige a él, muriendo entre dolores debido a una severa infección mientras jugueteaba con uno de sus experimentos, en busca de las preguntas de la vida.

“¿Acaso sus plegarias y sus lágrimas no van a ningún lado? ¿Acaso no es todopoderoso el amor santo y abnegado? Oh, no. Por muy apasionado, pecador y rebelde que haya sido el corazón que yace en el sepulcro, las flores que crecen sobre él nos miran con sus ingenuos ojos transmitiéndonos serenidad. Y no solo nos hablan desde la paz eterna, de la sublime paz de la indiferente naturaleza, sino también de la continua reconciliación y de la infinita vida.”.

Los fundamentales de Diderot

Ítem Calificación
1. DESCRIPCIÓN8/10
2. MADUREZ NARRATIVA10/10
3. RIQUEZA LINGÜÍSTICA9/10
4. DESARROLLO DE PERSONAJES / PLANTEAMIENTO DE LAS TESIS Y/O PROTAGONISTAS10/10
5. HISTORIA / TRAMA / CONDUCCIÓN DEL ENSAYO7/10
6. DESENLACE / FINAL DEL ENSAYO8/10
7. DIÁLOGOS / RELACIÓN ENTRE PERSONAJES / CALADO DE LOS PERSONAJES8/10
8. PROFUNDIDAD Y SIMBOLOGÍA7/10
9. UNIVERSALIDAD / IMPACTO EN UNA SOCIEDAD8/10
10. RELEVANCIA HISTÓRICA EN SU CONTEXTO7/10
Total 82/100

«Turguéniev fue testigo de la lenta ruina de la nobleza rusa, aunque distanciado de ella por poderosas razones. Distanciamiento que le permitió captar los rasgos básicos de los rusos del siglo pasado y, al introducirlos en su literatura, escribir una larga historia que ayuda a conocer los orígenes de la Rusia actual». Esta novela es una de sus obras maestras y es también uno de sus textos más autobiográficos, ya que se basa en su cruel madre y en su abuso de los cinco mil campesinos que poseía.

***Recuerda que esta página no hace apología de ninguna religión y que tan solo recomendamos libros por su contenido histórico y cultural.