MIJAÍL BULGÁKOV

Mijaíl Bulgákov (1891-1940)
Curiosidades de Mijaíl Bulgákov
Antes de dedicarse a la literatura, Bulgákov ejerció como médico en aldeas rurales, experiencia que retrató en Notas de un joven médico. Sin embargo, durante su trabajo en la Primera Guerra Mundial, contrajo difteria y comenzó a usar morfina para aliviar el dolor.
Su adicción duró varios años, y solo logró superarla con gran esfuerzo. En 1926, escribió Morfina, un relato basado en su lucha contra la droga. Esta historia, considerada una de las más crudas y realistas sobre la adicción, muestra la degradación física y mental del protagonista y ha sido objeto de numerosos estudios médicos y literarios.
A pesar de que muchas de sus obras eran prohibidas, Stalin admiraba a Bulgákov. En 1930, cuando el escritor escribió una carta desesperada al gobierno pidiendo permiso para emigrar (tras la censura total de sus obras), Stalin lo llamó por teléfono y le ofreció un trabajo en el Teatro de Arte de Moscú.
Este extraño «apoyo» de Stalin ha sido motivo de especulación: algunos creen que Stalin veía en Bulgákov un escritor talentoso que debía mantenerse dentro del sistema, mientras que otros opinan que simplemente disfrutaba de su teatro. Aun así, Bulgákov siguió bajo vigilancia, y El maestro y Margarita no pudo publicarse en vida.
La famosa novela, en la que el diablo (Woland) visita Moscú y desata el caos, está llena de alusiones a la censura y la represión soviética. Pero también esconde detalles personales: Margarita está inspirada en su tercera esposa, Yelena, quien lo apoyó incondicionalmente.
Además, el Maestro, un escritor frustrado cuya obra es rechazada, es claramente un reflejo de Bulgákov, quien vivió el constante rechazo de la censura. La relación entre el Maestro y Margarita simboliza su amor con Yelena, quien efectivamente «salvó» su obra tras su muerte.
Bulgákov padecía nefroesclerosis, la misma enfermedad que mató a su padre. En sus últimos años, fue consciente de que su destino estaba sellado y pasó sus últimos meses revisando El maestro y Margarita.
En sus últimos días, ya ciego y postrado en cama, dictaba correcciones a su esposa. Su última anotación en el manuscrito fue una corrección a la frase final del libro: “Todo está correcto”. Murió poco después, en 1940, sin saber que su obra se convertiría en un fenómeno mundial.
Angustiado por la censura y convencido de que nunca vería su obra publicada, Bulgákov quemó el primer manuscrito de El maestro y Margarita en 1930. Sin embargo, años después lo reescribió casi de memoria, agregando nuevos elementos.
Esta historia se reflejó en la novela misma: en ella, el Maestro quema su manuscrito, pero Woland (el diablo) le dice que “los manuscritos no arden”. Esta frase se convirtió en un lema literario, simbolizando la supervivencia de la literatura frente a la represión.
En Corazón de perro (1925), Bulgákov narra la historia de un perro callejero que, tras un experimento, se convierte en un ser humano grotesco y brutal. Esta sátira del comunismo fue prohibida hasta los años 80.
Lo curioso es que Bulgákov tenía una relación complicada con los perros en la vida real. Aunque de niño tuvo uno, en su adultez evitaba a los perros callejeros, y en cartas personales mencionó que le producían desconfianza.
Tras la muerte de Bulgákov, su esposa Yelena dedicó su vida a proteger su obra. Durante años, escondió el manuscrito de El maestro y Margarita, esperando el momento adecuado para publicarlo.
En 1966, tras la muerte de Stalin y el inicio del deshielo soviético, logró que se publicara por primera vez, aunque con censura. La versión completa no apareció hasta 1973. Gracias a su perseverancia, la novela se convirtió en una de las más influyentes del siglo XX.
OBRAS
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