EL LIBRO DE LOS HECHOS
El libro de los Hechos de los Apóstoles
El Libro de los Hechos, de la Biblia, es el quinto volumen del Nuevo Testamento, y narra, de forma somera las aventuras del equipo de superhéroes evangélicos que predicaron la palabra de Dios en tierras extranjeras.
En suma, el Libro de los Hechos cuenta la historia del origen de la religión cristiana, desde la ascensión de Jesús hasta el cautiverio de Pablo en Roma. Conozcamos la historia del Christ Team y toda la parafernalia que rodea el advenimiento del Espíritu Santo.
El Libro de Hechos
Este autor considera que el libro de los Hechos es mucho más que un simple paso entre los Evangelios y las Epístolas. Al escribir este libro, el autor tuvo en cuenta las necesidades de los ministros y los laicos. Este libro, que todos han estado esperando, es una gran herramienta para comprender y dar vida a los «hechos de Jesús resucitado por el Espíritu Santo en la iglesia y a través de ella».
***Recuerda que esta página no hace apología de ninguna religión y que tan solo recomendamos libros por su contenido histórico y cultural.
El Libro de los Hechos puede comprenderse como la segunda parte del Evangelio de San Lucas. Es decir, que el apóstol Lucas es el autor del mismo. En realidad, creemos desde Literatura Diderot que Lucas, estudiando la situación y la cantidad de prosélitos que estaban consiguiendo, decidió ampliar la trama de la historia novelada que estaba recopilando y publicar no uno, sino dos ejemplares para obtener más atención de los lectores. No se preocupen, es una práctica muy habitual entre los colaboradores de periódicos (en efecto, yo también he caído en ese cliché).
El Libro de los Hechos da comienzo, como hemos indicado, con la ascensión de Jesús a los cielos, y la promesa del advenimiento del Espíritu Santo. Algo así como: «-Yo me piro; ahí os quedáis, pero no os preocupéis que enseguida viene la paloma, digo… El Espíritu Santo».
Resulta que Jesús no se equivocaba nunca, y el Espíritu Santo descendió a la Tierra en forma de volutas de fuego durante el día de Pentecostés.
La iglesia crece rápidamente y los apóstoles se dedican a dar a conocer la palabra de Dios. Si los mormones les parecen un tanto pesados, imagínense a estos cristianos vagando por el mundo trasmitiendo lo narrado en las cartas y en los Evangelios. Algo así como un Pekín Express Católico.
No solo fueron festividades y jolgorios, lo que se traían entre manos los cristianos. San Lucas relata los problemas que hubieron de solventar y los conflictos a los que hicieron frente durante sus viajes.
Desde Literatura Diderot hemos intentado conseguir en ejemplar que contenga las cartas por separado, pero creemos que es mejor esta edición de la Santa Biblia, que está compuesta por el Antiguo y el Nuevo Testamento, con cada una de las cartas o epístolas.
Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española, ofrece el mismo texto bíblico en su integridad que la edición típica que vio la luz en diciembre de 2010, pero en un formato reducido, con introducciones más breves y con menos notas.
***Recuerda que esta página no hace apología de ninguna religión y que tan solo recomendamos libros por su contenido histórico y cultural.
Saulo de Tarso, uno de los disolutos contrarios a las nuevas enseñanzas de los apóstoles, vivió en sus propias carnes un evento sobrenatural, que lo condujo a la senda de la verdad (depende para quién), convirtiéndose sin más remilgos ni dudas.
La salvación del alma está en la fe, en Jesús, y en Maradona (esto último es añadido propio). El Libro de hechos culmina con el viaje de Pablo a Roma, donde, a pesar de las dificultades, consigue introducir las enseñanzas de Jesús y calar bien hondo en el acervo popular del Imperio Romano.
¿Se imaginan ustedes a Apuleyo, llegando a Roma y prodigando la fe católica a través de diferentes leyendas y moralejas nacidas de sus metamorfosis teriomórficas y su famoso Asno de Oro? Pues es algo parecido a lo que hizo Pablo con el Verbo de Dios y con la doctrina cristiana.
En definitiva, crean ustedes lo que crean, sean críticos y juzguen todo aquello que no encaja en sus esquemas y, sobre todo, eviten aquellas religiones que prohíban su veneración sin apoquinar pasta, aunque no creo que haya demasiadas.
