JAKOB MICHAEL REINHOLD LENZ

J. M. R. Lenz (1751-1792)
Jakob Michael Reinhold Lenz nace el 23 de enero de 1751 en Sesswegen, en la actual Letonia, entonces parte del Imperio Ruso. Hijo de un pastor luterano, crece en un entorno religioso y académico que fomenta su educación y su interés por la literatura. Desde muy joven, muestra un talento especial para la escritura y la observación social, cualidades que marcarán su obra y lo convertirán en una de las figuras más representativas del movimiento Sturm und Drang (Tormenta e Ímpetu), la corriente literaria que desafió el racionalismo ilustrado y anticipó el Romanticismo.
Es en Estrasburgo donde conoce a Johann Wolfgang von Goethe, con quien establece una relación intensa pero conflictiva. Goethe introduce a Lenz en el movimiento Sturm und Drang, y durante un tiempo, los dos jóvenes escritores comparten una profunda admiración mutua. Sin embargo, su amistad se deteriora debido a la personalidad inestable de Lenz y su comportamiento errático.
Otra de sus obras más importantes es Der Hofmeister (El preceptor, 1774), que denuncia la educación autoritaria y la represión emocional impuesta a los jóvenes. En esta pieza, Lenz muestra su capacidad para representar personajes complejos y situaciones de gran intensidad psicológica, anticipándose a muchos de los temas que desarrollará el Romanticismo.
Jakob Michael Reinhold Lenz muere en circunstancias misteriosas en 1792 en Moscú. Se dice que fue encontrado muerto en la calle, víctima de la pobreza y la enfermedad mental. Su trágico destino lo convierte en una de las figuras más enigmáticas y malditas de la literatura alemana.
Curiosidades de Lenz
En 1768, Lenz se traslada a la Universidad de Königsberg para estudiar teología, pero pronto se siente más atraído por la literatura y la filosofía. Allí entra en contacto con las ideas de Immanuel Kant y Johann Georg Hamann, que influirán en su pensamiento. Sin embargo, su carácter impulsivo y su espíritu rebelde lo alejan de la vida académica tradicional. En 1771, abandona sus estudios y se convierte en preceptor de los hijos del general Friedrich von Kleist, lo que le permite establecerse en Estrasburgo y entrar en los círculos intelectuales de la ciudad.
A pesar de su vida tumultuosa, Lenz escribe algunas de las obras más innovadoras y radicales del movimiento Sturm und Drang. Su drama más famoso, Die Soldaten (Los soldados, 1776), es una de las primeras obras de teatro que aborda la condición social de la mujer y critica la hipocresía de la sociedad patriarcal. Su estilo fragmentado y su audaz mezcla de lo trágico y lo cómico lo convierten en un precursor del drama moderno.
En 1776, su vida da un giro dramático cuando sufre un colapso mental. Expulsado de la corte de Weimar por orden de Goethe, vaga por diferentes ciudades alemanas y sufre episodios de paranoia y depresión. En 1778, se traslada a Rusia, donde intenta recuperar la estabilidad bajo la protección de la familia Karamzin, pero su estado mental sigue deteriorándose.
Lenz fue una de las figuras más complejas del Sturm und Drang. Su relación con Goethe es una de las más comentadas en la historia literaria alemana. Aunque al principio Goethe admiraba su talento, terminó distanciándose de él debido a su inestabilidad emocional. En Poesía y verdad, Goethe describe a Lenz como un genio con una mente inquieta y destructiva, incapaz de encontrar la paz.
Una de las anécdotas más célebres sobre Lenz es su estancia en los Vosgos en 1778, donde fue tratado por el pastor Oberlin para aliviar su crisis nerviosa. Este episodio inspiró la obra Lenz (1839) de Georg Büchner, que se basa en los registros médicos de Oberlin y ofrece una visión estremecedora de su deterioro mental.
A pesar de su trágico destino, Lenz dejó una huella indeleble en la literatura alemana. Sus innovaciones teatrales influyeron en dramaturgos como Bertolt Brecht, y su exploración de la psicología humana y la alienación lo convierten en un precursor del drama moderno. Hoy es recordado como uno de los grandes espíritus rebeldes de la literatura alemana, un autor que desafió las normas establecidas y pagó un alto precio por su independencia creativa.
OBRAS
Las obras que aquí presentamos («El preceptor» y «Los soldados») son representativas de su estética, que, con un lenguaje de gran coloquialidad y una feroz crítica social, se consolida como una de las más innovadoras del teatro moderno.
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