INDIGNO DE SER HUMANO
La novela de la destrucción
Quizás no debamos alentar este tipo de lecturas, para no conducir al humano al nihilismo más exacerbado y a la muerte del individuo. ¡Bueno, qué demonios, ya recomendamos a Nietzsche y a Kierkegaard! Es el momento de Ozamu Dazai.
Escrita en 1948, Indigno de ser humano ahonda en la particular visión de un joven sobre la relación del individuo con el entorno, su relevancia en la vida de los demás y su vínculo y raigambre con la tempestad que supone estar en el mundo. Se trata de una novela semi-autobiográfica, pues en esta se narran episodios concretos sobre intentos de suicidio que el mismo Dazai llevó a cabo.
Yo era un niño enfermizo, que con frecuencia debía guardar cama. Cuando me tocaba estar acostado, solía pensar en lo aburridos que eran los estampados de las fundas de los edredones y las almohadas. Hasta los veinte años no supe que estas fundas tenían un solo uso práctico, y me desmoralizó lo sombría que era el alma humana
Indigno de ser humano, p. 13-14 Tweet
Repudiado por su familia tras un intento de suicidio e incapaz de vivir en armonía con sus hipócritas semejantes, Yozo malvive como dibujante de historietas y subsiste gracias a la ayuda de mujeres que se enamoran de él pese a su alcoholismo y adicción a la morfina. Sin embargo, tras el despiadado retrato que Yozo hace de su vida, Dazai cambia repentinamente de punto de vista y nos muestra, mediante la voz de una de las mujeres con las que Yozo convivió, una semblanza muy distinta del trágico protagonista de esta perturbadora historia. «Indigno de ser humano» se ha convertido, con el paso de los años, en una de las obras más populares de la literatura japonesa, superando los diez millones de ejemplares vendidos desde su primera publicación.
***Recuerda que esta página no hace apología de ninguna religión y que tan solo recomendamos libros por su contenido histórico y cultural.
Yozo Oba es el protagonista de la misma. Desde su infancia, los capítulos se suceden en una narración visceral pero a la vez lejana, como la de un narrador omnisciente que busca encariñarse lo más mínimo con sus personajes. Habida cuenta de lo que esto supone, Dazai nos enseña sus intimidades con la vida narrada de Yozo.
Las personas, en la vida de Yozo, llevan máscaras metafóricas, que él mismo se ve obligado a colocarse para alienarse con el resto de individuos para ver cómo la rueda sigue girando. Al estilo acmeista de Soseki, hay que añadirle la frialdad con la que el narrador, casi de forma epistolar, accede al interior del joven mientras intenta suicidarse en varias ocasiones.
No, tampoco entiendo. Cuando más pienso menos entiendo. Me persigue la inquietu y el miedo a sentirme diferente a todos. Casi no puedo conversar con los que me rodean. No sé qué decir, ni cómo decirlo”.
Indigno de ser humano, p. 16 Tweet
Las reflexiones poseen un carácter nihilista y existencialista, que bebe mucho de los autores coetáneos de Dazai, y cuyas enseñanzas e inquietudes se proyectan no solo sobre su obra sino sobre su vida.
Este autodesprecio conduce a Yozo a luchar contra ambigüedad y a elegir un bando. Prefiere, casi como Dostoievski en Memorias del Subsuelo, pertenecer al mundo animal y ser convertido en insecto que estar obligado a contribuir al drama de estar en el mundo con bagatelas y fruslerías que lo alejan del libre albedrio
Es años más tarde, cuando descubre el verdadero sentido ( o sin sentido de la vida), cuando comprendemos el primer extracto de la novela sobre las fundas de los edredones. El niño, desde su visión infantil, intenta conocer el motivo por el que las fundas de los edredones son tan feas, lamentándose de que la suya así lo sea. Sin embargo, las fundas no están hechas para ser bonitas o feas, sino para proteger la ropa de cama, lo que produce una verdad fea, como las sábanas: el mundo no está hecho para complacer la sensibilidad o el alma, sino para cumplir con funciones útiles, mecánicas e impersonales.
Sin belleza ni profundidad emocional, el mundo carece de sentido y es… una pelota azul con hormigas en su superficie. Esta constatación de la irrealidad del mundo no es solo sobre las fundas, sino que versa alrededor del concepto de condición humana.
Por supuesto, estos pensamientos no fueron nada agradables, pero, pensándolo bien, era comprensible que Horiki me viese de esa manera, ya que desde niño yo había sido indigno de ser humano, y quizás fuera muy razonable que hasta él me despreciara.
Indigno de ser humano, p. 100 Tweet
Conforme pasan los años, sus amistades lo repudian, igual que él hace consigo mismo. Ya no hay esperanza para él, y los folios que componen el legajo de misivas va descomponiéndose. Cada vez quedan menos y el final no solo no se acerca, sino que se vaticina con crueldad. Su historia se terminará sin que más folios puedan ocupar con sus impertinentes preguntas sobre la existencia.
En mi existencia ya no existe la felicidad o el sufrimiento. Todo pasa. Esa es la única verdad en toda mi vida, transcurrida en el interminable infierno de la sociedad humana. Todo pasará. Este año cumpliré veintisiete. Tengo tantas canas que aparento haber pasado los cuarenta.
Indigno de ser humano, p. 118 Tweet
Los fundamentales de Diderot
Ítem | Calificación |
---|---|
1. DESCRIPCIÓN | 6/10 |
2. MADUREZ NARRATIVA | 9/10 |
3. RIQUEZA LINGÜÍSTICA | 7/10 |
4. DESARROLLO DE PERSONAJES / PLANTEAMIENTO DE LAS TESIS Y/O PROTAGONISTAS | 7/10 |
5. HISTORIA / TRAMA / CONDUCCIÓN DEL ENSAYO | 6/10 |
6. DESENLACE / FINAL DEL ENSAYO | 8/10 |
7. DIÁLOGOS / RELACIÓN ENTRE PERSONAJES / CALADO DE LOS PERSONAJES | 6/10 |
8. PROFUNDIDAD Y SIMBOLOGÍA | 7/10 |
9. UNIVERSALIDAD / IMPACTO EN UNA SOCIEDAD | 6/10 |
10. RELEVANCIA HISTÓRICA EN SU CONTEXTO | 7/10 |
Total | 69/100 |