GUILLAUME APOLLINAIRE

Guillaume Apollinaire (1880-1918)

Guillaume Apollinaire, cuyo nombre real era Wilhelm Albert Włodzimierz Apolinary de Kostrowicki, nació el 26 de agosto de 1880 en Roma, Italia, hijo ilegítimo de una noble polaca y un probable oficial del Vaticano cuya identidad nunca se ha confirmado con certeza. Su vida temprana estuvo marcada por una constante movilidad: su madre, extravagante y de espíritu libre, lo llevó por distintas ciudades de Europa antes de establecerse en Francia, donde Apollinaire adoptó definitivamente su nueva patria y su nueva identidad.

Educado en Niza y más tarde en París, fue un joven inquieto, ávido lector y dotado con una inteligencia singular. Aunque nunca completó estudios universitarios, su formación autodidacta le permitió desenvolverse en los círculos intelectuales más importantes de su tiempo. Comenzó a escribir poesía desde joven, pero también trabajó como periodista, crítico de arte y narrador. Su estilo se nutrió del simbolismo, pero pronto trascendió las convenciones establecidas para convertirse en uno de los principales innovadores de la poesía moderna.

Apollinaire fue una figura central de las vanguardias parisinas del siglo XX. Amigo y defensor de artistas como Pablo Picasso, Henri Rousseau y Georges Braque, estuvo en el epicentro de las revoluciones estéticas del cubismo y el futurismo. De hecho, se le atribuye la invención del término “surrealismo” en 1917, al referirse a una obra de Jean Cocteau. Su poesía, condensada en libros fundamentales como Alcools (1913) y Calligrammes (1918), mezcla lirismo, modernidad y una notable libertad formal. Apollinaire supo cantar al amor y a la ciudad, a la guerra y a la modernidad con una voz profundamente personal y, a menudo, melancólica.

Durante la Primera Guerra Mundial, se alistó voluntariamente en el ejército francés, a pesar de no ser ciudadano natural de Francia en ese momento. Fue herido gravemente en 1916 por una esquirla en la cabeza, lo que tuvo secuelas físicas y mentales en sus últimos años. Aun así, siguió escribiendo y participando activamente en la vida cultural. En 1918, contrajo la gripe española, que, sumada a las complicaciones de su herida de guerra, le provocó la muerte el 9 de noviembre de ese mismo año, a los 38 años. Fue enterrado en el cementerio de Père-Lachaise, en París.

El origen del "Surrealismo"

El término “surrealismo” tiene sus raíces en la rica y vibrante escena artística y literaria de principios del siglo XX. Fue acuñado por el poeta y crítico de arte francés Guillaume Apollinaire en 1917. Apollinaire utilizó por primera vez la palabra “surrealismo” en el subtítulo de su obra de teatro “Las Tetas de Tirésias” (Les Mamelles de Tirésias), que él mismo describió como un «drama surrealista»

Curiosidades de Guillaume Apollinaire

El nombre completo de Apollinaire —Wilhelm Albert Włodzimierz Apolinary de Kostrowicki— revela sus orígenes polacos y su herencia aristocrática. Sin embargo, el poeta decidió adoptar un nombre artístico que evocara resonancias latinas y mitológicas. “Guillaume” es la versión francesa de “Wilhelm”, y “Apollinaire” recuerda al dios Apolo, símbolo de la poesía. Fue un acto de autoinvención que anticipó su vocación de modernidad.
Debido a sus orígenes itinerantes, Apollinaire hablaba con fluidez francés, italiano y alemán, y tenía conocimientos de polaco, latín y griego. Esta facilidad para los idiomas le permitió traducir a autores como Hoffmann y usó juegos de palabras multilingües en su poesía, lo que reforzó su carácter cosmopolita. Esta pluralidad idiomática se refleja también en su fascinación por la ciudad moderna, con sus ruidos, sus lenguas y su caos.
En su libro Calligrammes, Apollinaire llevó la disposición tipográfica de la poesía a un nuevo nivel. Inventó los “caligramas”, poemas visuales donde el texto toma forma de imagen: una torre Eiffel, una paloma, una flor. Esta fusión entre palabra e imagen anticipa tanto el arte conceptual como los experimentos de la poesía concreta de mediados del siglo XX. Con ellos, Apollinaire propuso una “poesía ideográfica” en la que la forma era tan significativa como el contenido.
Tuvo varias relaciones amorosas intensas, entre ellas con Marie Laurencin, una pintora vinculada al cubismo que lo retrató en varias ocasiones. También se enamoró profundamente de Lou (Louise de Coligny-Châtillon), una aristócrata con quien mantuvo una apasionada relación epistolar durante la guerra. Estas cartas, impregnadas de deseo, ternura y desesperación, constituyen un testimonio lírico de uno de los amores más célebres de la literatura moderna.
En 1911, Apollinaire fue arrestado por la policía francesa por su presunta implicación en el robo de la Gioconda del Museo del Louvre. Su amigo, el artista español Géry Pieret, había sustraído unas estatuillas egipcias, y Apollinaire, por lealtad o descuido, no lo delató. Pasó varios días en prisión, y aunque finalmente fue exonerado, el escándalo manchó su reputación. Irónicamente, esta experiencia le dio material para su narrativa y aumentó su aura de artista maldito.
Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, Apollinaire decidió alistarse voluntariamente en el ejército francés, pese a no ser ciudadano. Quería demostrar su lealtad a Francia. En 1916, durante un combate, fue herido en la cabeza por un obús. La operación para extraer la esquirla no fue completamente exitosa y dejó secuelas que lo afectaron mental y físicamente. Sin embargo, escribió algunos de sus textos más poderosos durante la convalecencia.
Aunque no fue un surrealista en sentido estricto, Apollinaire acuñó el término “surrealismo” en el programa de su obra teatral Les Mamelles de Tirésias. Su visión del arte como un salto más allá de la realidad tangible influyó decisivamente en André Breton y otros miembros del movimiento. De hecho, Apollinaire es visto como un profeta del surrealismo, un puente entre el simbolismo finisecular y las rupturas de vanguardia.
La ciudad de París ocupa un lugar central en su obra. En Zone, uno de sus poemas más célebres, Apollinaire recorre la capital con una mirada a la vez melancólica y deslumbrada, donde los tranvías, los mendigos, los carteles luminosos y las iglesias coexisten en una visión lírica y fragmentada. Su París es un espacio emocional y físico, lleno de historia y modernidad, de desgarro y esperanza.
Murió el 9 de noviembre de 1918, víctima de la gripe española, apenas dos días antes del armisticio que puso fin a la guerra. Su entierro fue acompañado por un pequeño cortejo enmascarado, debido al miedo al contagio. Sobre su tumba, en Père-Lachaise, se puede leer la inscripción: “Guillaume Apollinaire, poète français mort pour la France”. Murió como ciudadano francés, reconocido por el país que adoptó y que él ayudó a transformar con su palabra.
Apollinaire es hoy una figura indispensable de la literatura del siglo XX. Su influencia se extiende desde la poesía visual hasta el surrealismo, desde la crítica de arte hasta la narrativa experimental. Fue un espíritu libre, errante y lúcido, que supo ver en los fragmentos de la vida moderna la posibilidad de una nueva forma de belleza. En sus versos aún resuena el eco de una época en transformación, de un poeta que supo ser, al mismo tiempo, antiguo y futurista.

OBRAS

Llegado a la literatura justo en el momento en el que acababa el Simbolismo, y fallecido la víspera del advenimiento del Dadaísmo en París y del nacimiento del Surrealismo, Guillaume Apollinaire (1880-1918) desarrolló una obra situada en la encrucijada de las principales tendencias estéticas que atraviesan el siglo XX. En «Las tetas de Tiresias», subtitulada «Drama surrealista en dos actos y un prólogo», Teresa muda de sexo y se convierte en hombre para librarse de las imposiciones sociales que sufre como mujer, tras lo cual abandona a su marido y emprende una exitosa carrera militar en Zanzíbar. 

*Literatura Diderot recomienda libros por su valor cultural y divulgativo, sin alinearse con ideologías o religiones. Cada recomendación se basa en obras relevantes para el autor analizado.*

El poeta asesinado es una obra del escritor Guillaume Apollinaire publicada en 1916. Previamente, en 1910, Apollinaire había presentado una selección de su cuentos titulada L’Hérésiarque et Cie al Premio Goncourt. Fue en 1913 cuando pensó en una nueva colección, pero la guerra retrasó su publicación. A la postre vio la luz en 1916, ediciones L’Édition, colección Bibliothèque de Curieux.

*Literatura Diderot recomienda libros por su valor cultural y divulgativo, sin alinearse con ideologías o religiones. Cada recomendación se basa en obras relevantes para el autor analizado.*