GIACOMO LEOPARDI

Giacomo Leopardi (1798-1837)
Giacomo Leopardi nace el 29 de junio de 1798 en Recanati, un pequeño pueblo de la región de Las Marcas, Italia. Es hijo del conde Monaldo Leopardi, un noble ultraconservador con una vasta biblioteca personal, y de Adelaide Antici, una mujer fría y severa. Desde niño, Giacomo muestra una inteligencia excepcional y un insaciable amor por el conocimiento. Se educa de manera autodidacta en la biblioteca de su padre, donde aprende latín, griego, hebreo y varios idiomas modernos, además de estudiar filosofía, historia y literatura.
Sin embargo, su precoz dedicación al estudio tiene consecuencias para su salud. Padece una enfermedad en la columna vertebral que lo deja con una postura encorvada y frecuentes dolores, lo que agrava su carácter melancólico y lo aísla del mundo exterior. Su infancia y adolescencia transcurren en un ambiente opresivo, marcado por la religiosidad estricta de su familia y la imposibilidad de salir de Recanati.
En 1822 logra salir de Recanati y se traslada a Roma, pero la ciudad le produce una gran decepción. Su salud sigue deteriorándose, y pasa los siguientes años en distintas ciudades italianas, incluyendo Milán, Bolonia, Florencia y Nápoles. En Florencia se integra en el grupo de intelectuales del Gabinetto Vieusseux, donde mantiene contacto con escritores como Alessandro Manzoni y Niccolò Tommaseo. Sin embargo, su escepticismo y su desencanto con la política del Risorgimento lo distancian de sus contemporáneos.
En 1833 se instala definitivamente en Nápoles junto a su amigo Antonio Ranieri, quien cuida de él en sus últimos años. En esta etapa, su obra adquiere una dimensión aún más filosófica, con textos como Operette morali, una serie de diálogos y ensayos que combinan ironía, sátira y una visión trágica de la existencia.
Leopardi muere el 14 de junio de 1837 en Nápoles, posiblemente a causa de una insuficiencia cardíaca agravada por su frágil estado de salud.
Curiosidades de Giacomo Leopardi
Leopardi fue un gran admirador de Homero, Virgilio y Dante, pero también de los filósofos ilustrados como Rousseau y Voltaire. A pesar de su pesimismo extremo, mantenía una gran sensibilidad estética y un amor profundo por la naturaleza, que se reflejan en su poesía.
En 1816, influenciado por el movimiento romántico europeo, Leopardi se aleja del neoclasicismo en el que había sido formado y empieza a escribir poesía con un tono más íntimo y filosófico. Publica ensayos y traducciones, pero su verdadero talento se revela en su poesía, especialmente en los Canti, una colección de poemas líricos donde expresa su visión pesimista de la existencia y su anhelo por la belleza inalcanzable. Entre sus composiciones más célebres se encuentran L’infinito (1819), A Silvia (1828) y La ginestra (1836), obras en las que desarrolla su concepto del “pesimismo cósmico”, según el cual la naturaleza es indiferente al sufrimiento humano.
Uno de los episodios más curiosos de su vida fue su obsesión con una joven llamada Fanny Targioni Tozzetti, quien nunca le correspondió, pero inspiró algunos de sus poemas más intensos.
Su influencia ha sido inmensa en la literatura italiana y universal. Autores como Eugenio Montale, Samuel Beckett y Jorge Luis Borges han reconocido su deuda con su obra. A pesar de haber vivido en la sombra del Romanticismo europeo, Leopardi creó un universo propio, donde la belleza y la desesperanza conviven en un equilibrio sublime.
Se trata, en suma, de un acercamiento a las principales líneas de pensamiento del gran autor italiano: su teoría del placer; su concepción de lo infinito, la nada o el recuerdo; sus análisis comparados entre el mundo antiguo y el moderno, entre naturaleza, razón y arte, poesía y filosofía o ilusión y realidad; y a su figuración poética, a la que se accede a través de los símbolos que dan título a la antología.
***Recuerda que esta página no hace apología de ninguna religión y que tan solo recomendamos libros por su contenido histórico y cultural.
En diciembre de 1817 Leopardi conoció a Geltrude Cassi Lazzari, prima de su padre, por quien profesó un amor secreto. Ese mismo día empezó la redacción de los dos textos recogidos en este volumen: «Recuerdos del primer amor», publicado por primera vez en 1906, y la «Elegía primera», incluida poco después en los Cantos con el título de «El primer amor».
***Recuerda que esta página no hace apología de ninguna religión y que tan solo recomendamos libros por su contenido histórico y cultural.
Situado al borde de dos mundos, con ninguno de los cuales llegó a identificarse, Leopardi supo evidenciar las contradicciones que lo laceraban adoptando una visión doble de las cosas: antigua y moderna, nostálgica e iconoclasta, pesimista y vital, siempre dramáticamente empeñada en la búsqueda de soluciones teórico-prácticas (para sí y para los demás), antes que complacientemente abandonada al escepticismo.
***Recuerda que esta página no hace apología de ninguna religión y que tan solo recomendamos libros por su contenido histórico y cultural.