FIÓDOR DOSTOYEVSKI

Fiódor Dostoyevski (1821-1881)
Fiódor Mijáilovich Dostoyevski nace el 11 de noviembre de 1821 en Moscú, en el seno de una familia de clase media. Su padre, Mijaíl Dostoyevski, es un médico militar severo y autoritario, mientras que su madre, María Necháyeva, es una mujer piadosa y de carácter más apacible. La infancia de Dostoyevski transcurre en un ambiente de contrastes: por un lado, recibe una educación rigurosa y tiene acceso a la literatura clásica; por otro, su padre lo lleva a hospitales donde presencia de cerca la miseria humana, algo que marcará su obra futura.
En 1837, tras la muerte de su madre, es enviado a la Escuela de Ingeniería Militar de San Petersburgo, donde se forma como ingeniero, aunque su verdadera pasión es la literatura. En 1846 publica su primera novela, Pobres gentes, que recibe elogios de la crítica y le abre las puertas del mundo literario. Sin embargo, su prometedora carrera se ve interrumpida en 1849 cuando es arrestado por sus vínculos con un grupo intelectual de tendencia socialista.
Condenado a muerte, Dostoyevski es indultado en el último momento y enviado a un campo de trabajos forzados en Siberia, donde pasa cuatro años en condiciones extremas. Esta experiencia transforma su visión del mundo y de la naturaleza humana.
Tras su liberación, retoma la escritura y, en la década de 1860, comienza a publicar las novelas que lo consagrarán: Crimen y castigo (1866), El idiota (1869) y Los demonios (1872). En 1880 publica Los hermanos Karamázov, considerada su obra maestra.
Dostoyevski muere el 9 de febrero de 1881 en San Petersburgo a causa de una hemorragia pulmonar. Su funeral es multitudinario, reflejo de la profunda huella que dejó en la literatura rusa y mundial.
Curiosidades de Fiódor Dostoyevski
El 22 de diciembre de 1849, Dostoyevski y otros miembros del grupo Petrashevski son llevados a la plaza Semiónovski, donde se les informa de su ejecución inminente. Se atan los ojos de los condenados y se les coloca ante el pelotón de fusilamiento, pero, en el último instante, llega un emisario con la noticia de su indulto. La experiencia de enfrentar la muerte lo marca de por vida, convirtiéndose en un tema recurrente en sus novelas.
Dostoyevski describió más tarde que, en los segundos previos a su ejecución, experimentó un estado de lucidez absoluta, sensación que plasmaría en el personaje de Myshkin en El idiota. También en Crimen y castigo y Los hermanos Karamázov aparecen personajes atormentados por la idea de la muerte y la redención.
En 1866, Dostoyevski contrata a Anna Grigórievna Snítkina, una joven taquígrafa, para que lo ayude a escribir El jugador en un tiempo récord. Lo que comenzó como una relación profesional se convirtió en un profundo amor.
A pesar de la gran diferencia de edad (él tenía 45 años y ella 20), Anna se convirtió en su compañera inseparable. Fue ella quien logró poner orden en su vida, gestionando sus finanzas y evitando que el escritor cayera en la bancarrota definitiva. Se casaron en 1867 y tuvieron cuatro hijos, aunque solo dos sobrevivieron.
Dostoyevski fue un jugador compulsivo. Su adicción a la ruleta comenzó en 1863 en Wiesbaden y Baden-Baden, donde perdió grandes sumas de dinero. Su situación económica llegó a ser desesperada, al punto de vender los derechos de sus obras futuras para pagar deudas.
Esta dependencia del juego lo llevó a escribir El jugador (1867), una novela en la que reflejó sus propias experiencias con la adicción y la autodestrucción. Para poder entregarla a tiempo, dictó la obra en apenas 26 días a su joven secretaria, Anna Grigórievna, quien luego se convertiría en su segunda esposa y administradora de sus finanzas.
Desde su juventud, Dostoyevski sufrió ataques epilépticos, una condición que influyó en su visión de la vida y en la construcción de sus personajes. En El idiota, el príncipe Myshkin describe con precisión la sensación de éxtasis que precede a un ataque, un estado en el que, según el escritor, se alcanzaba una comprensión absoluta de la existencia.
Dostoyevski consideraba la epilepsia no solo como una enfermedad, sino como una ventana a lo trascendental. En sus diarios menciona que, en esos breves instantes antes de un ataque, sentía una conexión con Dios y con el universo, algo que también se refleja en Los hermanos Karamázov con la figura de Aliósha.
Si bien en su juventud simpatizó con las ideas socialistas, la experiencia en Siberia lo llevó a rechazar el materialismo y abrazar el cristianismo ortodoxo. Se convirtió en un ferviente defensor de la fe y de la «misión espiritual» de Rusia, algo que plasmó en Los demonios, donde retrata el nihilismo como una amenaza para la sociedad.
Sin embargo, su visión no era dogmática. En Los hermanos Karamázov, el personaje de Iván Karamázov presenta una de las críticas más demoledoras a la religión jamás escritas, con su famosa «Leyenda del Gran Inquisidor», donde plantea que la Iglesia ha traicionado el mensaje de Cristo al imponer la obediencia en lugar de la libertad.
Cuando Dostoyevski murió en 1881, más de 30.000 personas asistieron a su entierro en San Petersburgo. Fue despedido como un héroe nacional, con miles de seguidores recitando en su tumba el famoso versículo evangélico que aparece en Los hermanos Karamázov: «En verdad, en verdad os digo que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto» (Juan 12:24).
Dostoyevski dejó una huella indeleble en la literatura y el pensamiento filosófico. Nietzsche lo llamó «el único psicólogo del que tenía algo que aprender», y sus ideas sobre la culpa y la redención inspiraron a Sigmund Freud en sus estudios sobre el inconsciente. Albert Camus, por su parte, encontró en El hombre del subsuelo el germen del existencialismo y del absurdo.
Su legado no solo transformó la literatura rusa, sino que anticipó muchos de los debates filosóficos del siglo XX. Hoy, sigue siendo uno de los autores más influyentes y estudiados de la historia.
OBRAS
Fiódor M. Dostoievski escribe «Memorias del subsuelo» en un momento social y político bastante complejo, al que se une la delicada situación personal por la que el autor estaba atravesando: su mujer se moría y su tormentosa relación sentimental con una joven le causaba dudas y remordimientos que incidían en una evidente crisis personal. El resultado de esa situación histórica, personal, vital y anímica es una obra que en pocas páginas concentra más contenido filosófico que ninguna otra obra del autor, y en la que se plantean las cuestiones más extremas que un hombre pueda hacer. «Memorias del subsuelo» es una obra contradictoria, no exenta de matices. En forma de diálogo, un hombre sin nombre ni identidad concreta, excepto la de ser un funcionario, como se presenta a sí mismo desde las primeras páginas, va narrando las memorias de su tragedia personal.
*Literatura Diderot recomienda libros por su valor cultural y divulgativo, sin alinearse con ideologías o religiones. Cada recomendación se basa en obras relevantes para el autor analizado.*
Ilustrativas de distintos momentos de la primera etapa creadora de Fiódor Dostoyevski (1821-1881), las tres narraciones recogidas en este volumen pertenecen al periodo anterior a la publicación de sus grandes novelas. Tanto Noches blancas (1848) -escrita mientras formaba parte de la redacción de la Gaceta de Petersburgo- como El pequeño héroe (1849) -centrada en el tema de la infancia y la iniciación en el misterio de la sexualidad
***Recuerda que esta página no hace apología de ninguna religión y que tan solo recomendamos libros por su contenido histórico y cultural.
Novela de indudable trasfondo autobiográfico, EL JUGADOR (1866) refleja los dos grandes impulsos -el juego y la pasión amorosa- que dominaron la vida de Fiódor Dostoyevski (1821-1881). En medio de una galería de personajes desarraigados y trashumantes que deambulan por la ciudad-balneario de Wiesbaden (el «Roulettenburg» de la ficción), la patética figura de Aleksei Ivanovich personifica el goce y la angustia del tipo humano que acaba por canalizar toda su capacidad de protesta en la pasión por el juego como vía de acceso, mediante el dolor y el envilecimiento, a una libertad vorazmente deseada.
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Publicada en 1846, «El doble» constituye un caso sumamente representativo de esa clase de creaciones que, adelantadas a su tiempo, acaban siendo consagradas por la posteridad. Partiendo de un tema literario tradicional -el de la persona que trata de salvaguardar su dignidad ante una burocracia avasalladora y despreciativa-, y combinándolo, a través del patético personaje de Yakov Petrovich Goliadkin, con el tema del desdoblamiento de la personalidad
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Ensombrecidos por el enorme calado de sus novelas, los tres cuentos que se reúnen en este volumen son, sin embargo, tres piezas sobresalientes características del Dostoyevski más maduro. Aunque en cada uno de ellos predomine un registro distinto -metafórico en «El sueño de un hombre ridículo», satírico en «Bobok», trágico en «La sumisa»-, todos giran en torno a dos de las preocupaciones mayores del autor, a saber: por un lado, la insensibilidad de la que el hombre es víctima a causa de su enajenación respecto a sus raíces, y por otro el sentido de su andadura sobre la tierra.
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Los demonios se inspira en el asesinato de un estudiante en manos de sus compañeros revolucionarios en 1869, y se concibió como una profunda crítica a los movimientos que estaban emergiendo en aquel momento. El resultado es una de las novelas más controvertidas, complejas y oscuras de Dostoievski desde que escribió Los hermanos Karamázov.
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Aliosha, un cristiano místico que opone al humanitarismo revolucionario y al nihilismo el amor a Dios y al prójimo, aunque tampoco es inmune a las sensaciones turbias que lo invaden, y finalmente Smerdiakov, el cínico y perverso hijo natural, carente de todo sentido de responsabilidad moral. La obra, que tiene uno de sus puntos culminantes con el célebre relato del Gran Inquisidor, refleja una concepción del hombre como campo de batalla en el que luchan Dios y el Diablo, el bien y el mal.
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En «Los hermanos Karamázov», su última obra y síntesis monumental de su pensamiento y de su arte, desarrolla su íntimo convencimiento de la necesidad de un cambio radical en los destinos sociales y morales de la humanidad. El autor plasma un trágico cuadro de la sociedad de su tiempo y denuncia la corrupción engendrada por el poder del dinero, las pasiones incontroladas, el egoísmo y la ignominia espiritual.
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Crimen y castigo es una de las novelas psicológicas de Dostoievski. Suargumento gira en torno a un joven estudiante que no encuentra otra solución para aliviar su pobreza que matar y robar a una vieja usurera. La novela está estructura da sobre un tema ético: el fin no justifica los medios. Se asiste así a un complicado proceso mental durante el cual el estudiante elabora meticulosamente su crimen, sin pensar en las consecuencias directas y materiales que le pueda reportar.
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El padre de Aliosha, un hombre maquiavélico y cruel, quiere casarlo con una rica heredera, y no permitirá que nadie arruine sus planes; el padre de Natasha, que, por ende, tiene un pleito con el príncipe, cree que su hija ha llevado el oprobio a su familia y la maldice. Nietzsche decía que Dostoievski era «el único psicólogo del que tenía que aprender algo» y en esta novela asistimos en verdad a un insólito y sorprendente análisis de los recovecos de la bondad y el perdón, de la soberbia y la maldad.
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