ELISABETH BARRETT BROWINGS

Elisabeth Barrett Browning (1806-1861)
Elizabeth Barrett Browning nació el 6 de marzo de 1806 en la ciudad de Coxhoe Hall, en el condado de Durham, Inglaterra. Fue la hija mayor de Edward Barrett, un rico terrateniente con una personalidad autoritaria y una visión conservadora de la vida, y Mary Graham Clarke, quien provenía de una familia noble. Elizabeth creció en una familia numerosa, siendo la primera de doce hijos, aunque la muerte temprana de varios de sus hermanos marcó su vida de forma profunda. La familia Barrett vivió inicialmente en el norte de Inglaterra, pero en 1809 se trasladaron a una gran casa en el sur, lo que permitió a Elizabeth vivir en un entorno relativamente aislado, aunque rodeada de libros y estímulos intelectuales.
Elizabeth Barrett Browning comenzó su carrera literaria con una serie de poemas que reflejaban la melancolía, el sufrimiento y la introspección. Su primera obra importante fue «Poems», publicada en 1838, que incluyó una mezcla de versos líricos y elegíacos. Aunque su estilo inicial fue influenciado por la poesía romántica, más tarde se movió hacia un enfoque más social y político. En sus poemas, abordó temas como la condición femenina, el amor, la religión, la política y la naturaleza.
Aunque Elizabeth Barrett Browning disfrutó de un renacimiento creativo durante sus últimos años, su salud nunca fue completamente restaurada. En 1861, murió a los 55 años, poco después de dar a luz a su único hijo, Pen. Su muerte fue un golpe devastador para Robert, quien la había considerado una compañera intelectual y emocional insustituible.
Elizabeth Barrett Browning fue enterrada en el Cementerio Protestante de Florencia, junto a su esposo, quien, en homenaje a su amada, escribió un conmovedor poema titulado «The Statue and the Bust», en el que reflexionaba sobre la inmortalidad de su amor.
Curiosidades de Elisabeth Barrett Browning
Su obra más conocida, «Sonnets from the Portuguese» (Sonetos portugueses), fue publicada en 1850, aunque fue escrita en secreto durante los años previos. Estos sonetos expresan un amor apasionado y romántico, y son considerados uno de los logros más grandes de la poesía inglesa. Los poemas fueron inicialmente pensados como una crónica de su amor por su futuro esposo, el poeta Robert Browning, pero su tratamiento lírico de la pasión y el deseo los ha convertido en una de las colecciones más célebres de la literatura inglesa.
Además de su trabajo lírico, Elizabeth también incursionó en el verso narrativo y la poesía social. Su poema más importante en este sentido fue «Aurora Leigh» (1856), una novela en verso de carácter feminista que aborda la lucha de una mujer por encontrar su lugar en el mundo del arte y la literatura. A través de este poema, Elizabeth defendió la autonomía de las mujeres en un momento en que la sociedad victoriana las relegaba a un rol pasivo y sumiso.
Aurora Leigh es una obra pionera en la literatura femenina, ya que no solo se presenta como una autobiografía ficticia de una mujer escritora, sino que también cuestiona las limitaciones sociales impuestas a las mujeres, defendiendo su derecho a ser creadoras y pensadoras autónomas. Esta obra consolidó a Elizabeth Barrett Browning como una de las voces más influyentes de la literatura victoriana.
La vida de Elizabeth Barrett Browning cambió radicalmente cuando conoció a Robert Browning, un joven poeta que admiraba su obra. La relación entre Elizabeth y Robert fue a la vez profundamente romántica y desafiante, ya que Elizabeth vivía bajo la estricta supervisión de su padre, quien desaprobaba rotundamente cualquier relación amorosa de su hija. A pesar de esta oposición, Elizabeth y Robert mantuvieron una correspondencia secreta durante más de un año, y finalmente, en 1846, se casaron en una ceremonia sencilla en Londres.
Este matrimonio fue significativo no solo por la unión de dos grandes poetas, sino porque marcó un renacimiento en la vida de Elizabeth. El amor que compartió con Robert revitalizó su salud y su creatividad, y a partir de este momento, Elizabeth produjo algunas de sus obras más importantes. Juntos se trasladaron a Italia, donde vivieron en Florencia, y Elizabeth pasó sus últimos años dedicándose a la escritura y al cuidado de su familia.
Desde muy joven, Elizabeth demostró una inteligencia sobresaliente, especialmente en literatura y filosofía. A pesar de la educación restringida que recibían las mujeres de su tiempo, su padre le proporcionó acceso a una extensa biblioteca, donde Elizabeth devoraba libros sobre poesía, historia y filosofía. A los diez años, ya había comenzado a escribir versos, y a los 14 años su poesía fue publicada en revistas literarias. A pesar de este talento precoz, Elizabeth experimentó una profunda tristeza en su juventud, exacerbada por la muerte de su madre en 1828 y el desencanto por la actitud dominante de su padre, quien, al igual que muchos de su tiempo, veía con desdén las aspiraciones literarias de su hija.
Su salud, también frágil desde la infancia, se fue deteriorando con los años. Sufrió de una serie de problemas médicos, como bronquitis crónica y problemas respiratorios, que la llevaron a pasar largos períodos de reclusión en su hogar. Sin embargo, a pesar de su debilidad física, su mente brillaba con fuerza, y fue durante estos años de enfermedad y aislamiento cuando comenzó a escribir sus obras más importantes.
Uno de los aspectos más interesantes de la vida de Elizabeth Barrett Browning es su uso del seudónimo «Portuguese» en sus famosos sonetos. Aunque la obra es autobiográfica y refleja su relación con Robert Browning, Elizabeth adoptó este seudónimo para ocultar la identidad de su amor, ya que en un principio temía que la revelación de su relación pudiese dañar su reputación.
En cuanto a sus relaciones intelectuales, Elizabeth mantenía correspondencia con importantes figuras literarias de su tiempo, como John Ruskin, Elizabeth Gaskell y Lord Tennyson, además de la cercanía con Charles Dickens y William Makepeace Thackeray. Su círculo literario era muy amplio, y su influencia no se limitaba solo al mundo británico, sino que se extendía a Estados Unidos y otros países.
OBRAS
Escrita en 1856, Aurora Leigh es una notabilísima novela en verso que reúne el interés de una trama exquisitamente medida con la belleza de la expresión poética, además de una gran variedad de ambientes: desde los círculos de la alta sociedad hasta los bajos fondos. El lector dispone por primera vez en español de una novela-poema que Virginia Woolf consideraba en plano de igualdad con los mejores logros de Jane Austen, George Eliot y las hermanas Brontë.
***Recuerda que esta página no hace apología de ninguna religión y que tan solo recomendamos libros por su contenido histórico y cultural.
La poeta consagró sus versos al amor y nos ofreció unas palabras cuya autenticidad aun resuena en el lector contemporáneo. Este poemario es una de las cotas más altas de la poesía inglesa moderna y condensa las contradicciones que desbordaron a la autora tras el impacto amoroso. En palabras de Carlos Pujol, «La belleza de sus versos habla por sí misma, transmite una verdad que está por encima del tiempo y que nos llega como un escalofrío inquietante en el que nos reconocemos tal como somos».
***Recuerda que esta página no hace apología de ninguna religión y que tan solo recomendamos libros por su contenido histórico y cultural.