DON JUAN MANUEL

Don Juan Manuel (1282-1348)
Don Juan Manuel nace el 5 de mayo de 1282 en el Castillo de Escalona, en una época en la que ser noble era como tener una membresía VIP en el club de la política medieval. Desde joven, muestra una inclinación por la escritura y la política, lo que lo lleva a convertirse en uno de los escritores más influyentes de su tiempo (aunque no tan famoso como los influencers de hoy en día). A lo largo de su vida, Don Juan Manuel se dedica a escribir cuentos moralizantes y a participar en las intrigas políticas, como si fuera un personaje de una telenovela medieval.
Es conocido por su obra magna, «El conde Lucanor», que consiste en una colección de 51 cuentos llenos de sabiduría y moral, como si fuera un blog de consejos para nobles. Aunque no escribió nada sobre moda, sus descripciones de atuendos medievales podrían inspirar a cualquier diseñador de alta costura. Don Juan Manuel es famoso por su capacidad para mezclar la realidad con un toque de humor, lo que refleja su creencia en la importancia de una buena historia para mantener a la gente entretenida durante las largas noches sin Netflix.
Su vida está marcada por su compromiso con la literatura y la política, incluso frente a la crítica de sus contemporáneos, que probablemente lo veían como el «hipster» de la nobleza. En el año 1348, Don Juan Manuel es víctima de la peste negra, una época en la que la higiene dejaba mucho que desear. Su muerte se convierte en un recordatorio de que incluso los más grandes escritores no pueden escapar a los caprichos del destino.
Don Juan Manuel muere el 13 de junio de 1348 en Córdoba, dejando un legado que sigue siendo estudiado y admirado por generaciones de historiadores y curiosos. Y aunque no inventó la paella, su contribución a la literatura española es igualmente deliciosa.
Para valorar el largo y difícil camino recorrido por la prosa medieval española, no se puede dejar de lado el jalón marcado a comienzos del siglo XIV por Don Juan Manuel. En «El Conde Lucanor», por primera vez, una poderosa voluntad de estilo y una personalidad nada común imprimen un sello original a un material de muy diverso origen. Los ejemplos de intención moralizadora cobran en la pluma de su autor una claridad estructural, una sencillez y una factura artística tal que han pervivido como modelo de esfuerzo por dominar la expresión literaria en prosa, la cual se encontraba en estado embrionario.
***Recuerda que esta página no hace apología de ninguna religión y que tan solo recomendamos libros por su contenido histórico y cultural.
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