ALCUINO DE YORK

Alcuino de York (735-804)

San Alcuino de York nace alrededor del año 735 d.C. en Northumbria, en una época en la que los libros eran tan raros como una buena conexión a internet en una zona rural. Desde joven, Alcuino muestra una insaciable curiosidad y un amor por el conocimiento que lo llevan a convertirse en uno de los eruditos más destacados de la Edad Media.

A lo largo de su vida, Alcuino se dedica a la enseñanza y a la reforma educativa, y es conocido por su colaboración con Carlomagno en la creación de la Academia Palatina en Aquisgrán. Esta institución se convierte en un faro de conocimiento, donde se enseñan las siete artes liberales, que Alcuino considera las columnas de la sabiduría humana.

Alcuino es famoso por su frase: «Omnia docet per omnia», que significa «Todo enseña por todo», reflejando su creencia en la importancia de la educación integral. A pesar de su vida monástica, Alcuino viaja por Europa, compartiendo su vasto conocimiento y dejando una huella imborrable en la historia.

En el año 804 d.C., Alcuino fallece en Tours, dejando un legado de sabiduría y erudición que sigue siendo una fuente de inspiración para muchos. Su vida es un testimonio de la dedicación al aprendizaje y a la enseñanza, incluso cuando los tiempos eran tan oscuros como una noche sin luna.