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El mito de Sísifo
Pensar ya no es unificar, familiarizamos con la apariencia bajo el rostro de un gran principio. Pensar es aprender de nuevo a ver, a estar atento, es orientar la conciencia, es hacer de cada idea y cada imagen, a la manera de Proust, un lugar privilegiado. (p. 36)
Hay obras que rompen a uno por dentro. Ya saben los lectores de Literatura Diderot que esta página se caracteriza por realizar rigurosos análisis de obras literarias, pero, que de vez en cuanto, una interpretación más visceral se cierne sobre el cuerpo del artículo y expectora una opinión ligada a lo personal. El mito de Sísifo activa ese canto gutural y nos invita a reflexionar sobre el valor de la vida y la otra opción: el suicidio. En embargo, hay que imaginarse varias cosas antes: en concreto, las siguientes:
Pensar es aprender de nuevo a ver, dirigir la propia conciencia, hacer de cada imagen un lugar privilegiado. Dicho de otro modo, la fenomenología se niega a explicar el mundo, quiere solamente ser una descripción de explicar el mundo, quiere solamente una descripción de lo vivido. Coincide con el pensamiento absurdo en su afirmación inicial del que no hay verdad, sino solamente verdades (p. 50).
Para contextualizar la obra, es necesario que viajemos al siglo XX, durante los primeros años de la Segunda Guerra Mundial, cuando Sarte, Camus, o de Beauvoir aprovechaban los cimientos de Kierkegaard y Nietzsche respecto al existencialismo. Es decir: ¿merece la pena vivir?
El pensamiento del hombre es ante todo su nostalgia (p 55)
¿Merece la pena vivir?
La estructura del Mito de Sísifo es ensayística; no es una novela al uso, ni tampoco un artículo de opinión, sino una miscelánea de anatemas y reflexiones gnómicas que estudian el sentido de la vida. Por ende, el análisis de esta obra es carente de sentido desde una perspectiva clásica, y es mejor acercarnos a los pensamientos de Camus aprendiendo sobre el entorno que lo rodea durante su escritura y las conclusiones a las que llega, por todos conocidas: Hay que imaginarse a Sísifo feliz.
Mi razonamiento quiere ser fiel a la evidencia que lo ha despertado. Esa evidencia es lo absurdo. Es el divorcio entre el espíritu que desea y el mundo que decepciona, mi nostalgia de unidad, el universo disperso y la contradicción que los encadena. Kierkegaard suprime mi nostalgia y Husserl reúne ese universo. No es lo que yo esperaba. Se trata de vivir y pensar con esos desgarramientos, de saber si había que aceptar o rechazar. No puede tratarse de disfrazar la evidencia, de suprimir lo absurdo negando uno de los términos de su ecuación. Es preciso saber si se puede vivir de él o si la lógica ordena que se muera de él.
El mito de Sísifo (p 56) Tweet
En primer lugar, Camus nace en Argelia en 1913. Su padre muere en la Primera Guerra Mundial y su madre lo cuida, aunque esta posee un grave problema de audición y una salud muy delicada. Todo ello hace de Camus, interesado por la filosofía, adquiera rápidamente consciencia de finitud de la vida y de su fragilidad. Ello le hace reflexionar, durante sus artículos como periodista en Argel y en Marsella, sobre el sentido del sufrimiento.
El mito de Sísifo es el ensayo fundacional de la filosofía del absurdo, una obra mayúscula que dio a conocer el gran talento de Albert Camus. Publicada en 1942, el mismo año que El extranjero, fue una de las primeras obras que revelaron al público la inteligencia y la sensibilidad del autor.
*Literatura Diderot recomienda libros por su valor cultural y divulgativo, sin alinearse con ideologías o religiones. Cada recomendación se basa en obras relevantes para el autor analizado.*
Debemos imaginarnos a Sísifo feliz
¿Qué otra verdad puedo reconocer si la intervención de una esperanza que no tengo y que nada significa dentro de los límites de mi condición? Si yo fuese un árbol entre los árboles, un gato entre los animales, esta vida tendría un sentido, pues yo no formaría parte de este mundo. Yo sería este mundo al que me opongo ahora con toda mi conciencia, y con toda mi exigencia de familiaridad.
El mito de Sísifo (p.58) Tweet
En concreto, la corriente existencialista tiene su sentido a finales del siglo XVIII, con Kierkegaard y Nietzsche, pero no se implantaría hasta mitad del siglo XX, con la Segunda Guerra Mundial como escenario de reflexión para los escritores. ¿Qué sentido tenía el mundo si nos matábamos los unos a los otros, y el sufrimiento era más común que la propia existencia?
Vivir es hacer que viva lo absurdo. Hacerlo vivir es, ante todo, contemplarlo. Al contrario de Eurídice, lo absurdo solo muere cuando se le da la espalda. Por eso una de las pocas posiciones filosóficas coherentes es la rebelión. Esta es un enfrentamiento perpetuo del hombre con su propia oscuridad. Es exigencia de una imposible transparencia (p. 60).
El mito de Sísifo (p. 60). Tweet
Por todo ello, Camus llega a la conclusión de que, la única salida, parte por el suicidio. No lo vean así, queridos lectores. Desde literatura Diderot comprendemos cualquier situación angustiosa que el lector esté atravesando. Os animamos, si en algún momento esta idea ha pasado por vuestras cabezas a pedir ayuda. A verbalizar los problemas que causan esos pensamientos y a ponerle un nombre a esa oscuridad que podríamos llamar Maldoror, en alusión a los cantos de Lautreamont. De hecho, como apunte de ánimo, Camus encontró la solución a su conflicto en una palabra que lo contempla todo: el absurdo.
Lo absurdo nace de esta confrontación entre el llamamiento humano y el silencio irrazonable del mundo. Eso es lo que no hay que olvidar. A eso hay que aferrarse, pues toda la constancia de una vida puede nacer de ello. Lo irracional, la nostalgia humana y lo absurdo que surge de su cara a cara, he aquí los tres personajes del drama que deben terminar necesariamente con toda la lógica que es capaz una existencia.
El mito de Sísifo (p. 37) Tweet
La respuesta al absurdo
Otros autores, como el citado Kierkegaard, hablan de un salto de fe ante la falta de sentido. Este se refugia en Dios, evitando la reflexión y el conflicto que supone no encontrarle sentido a una vida marcada por la tragedia. Nietzsche no solo desprecia a Dios, sino que asesina su figura, y abre por primera vez la puerta a lo absurdo, con la condición de que el ser humano reinvente su sensibilidad para refugiarse no en Dios, sino en unos nuevos valores contra lo absurdo. Sartre, coevo de Camus, muestra con clarividencia el sentido de lo absurdo, cuando las cosas parecen perder toda justificación y muestran su existencia desnuda.
Cree aún que se puede dirigir algo en su vida. En verdad, obra como si fuese libre, aunque todos los hechos se encarguen de contradecir esa libertad. Después de lo absurdo, todo se derrumba. La idea de que existo, mi forma de obrar como si todo tuviera un sentido (aun cuando, llegado el caso, dijera que nada lo tiene), todo esto resulta desmentido de forma vertiginosa por la absurdidad de una posible muerte. Pensar en el mañana, fijarse una meta, tener preferencias, todo eso supone creer en la libertad, aun cuando a veces se asegure que no se abriga esa creencia.
El mito de Sísifo (p.63) Tweet
Todos ellos llegan a una conclusión similar: la vida carece de sentido. Pero la respuesta no es ponerle fin, sino, cual esperanza que alberga Camus, abrazar este absurdo, no huir de él, no inventarse respuestas falsas y seguir viviendo en plenitud, dignidad, aun sabiendo que no hay un porqué último.
No existe pasión sin lucha. Semejante amor no termina sino en la última contradicción, que es la muerte. Hay que ser Werther o nada. También en eso hay varias formas de suicidarse, una de las cuales es el don total y el olvido de la propia persona.
El mito de Sísifo (p. 82). Tweet
El final de todo
Son ideas muy poderosas, que Camus lanza con maestría para que los lectores recojamos el testigo y hollemos nuestra superficie en busca de respuestas. Según Albert Camus, les ahorro el mal trago: no la tienen. Pero no por ello han de verse desesperanzados, pues hay que imaginarse una vida feliz que alimente nuestro ánimo.
Sísifo contempla entonces cómo la piedra rueda en unos instantes hacia ese mundo inferior del que habrá que volver a subirla a las cumbres. Y regresa al llano Sísifo me interesa durante ese regreso, esa pausa. ¡Un rostro que pena tan cerca de las piedras es ya de piedra! Veo a ese hombre bajar con pasos pesados aunque regulares hacia el tormento cuyo fin no conocerá. Esa hora que es como un respiro y que se repite con tanta seguridad como su desgracia, esa hora es la de la conciencia. En cada uno de los instantes, cuando abandona las cimas y se hunde de poco en poco hacia las guardias de los dioses, Sísifo es superior a su destino. Es más fuerte que su roca. Lo trágico de este mito estriba en que su héroe es consciente. ¿En qué quedaría su pena, en efecto, si a cada paso lo sostuviera la esperanza de lograrlo? (p. 131).
El mito de Sísifo (p. 82). Tweet
La alusión más clara a este tema es el mito de Sísifo, donde este rey es condenado por los Dioses a arrastrar una roca gigante hasta la cima de una montaña. Al final del día, la roca caerá de nuevo y volverá a comenzar el litigio de Sísifo con la piedra rodante. Camus no responde a la pregunta sobre el sentido de la vida. Sabe que la respuesta no es el suicidio, pero tampoco la fe ciega. La conclusión última es que el hombre ha de vivir plenamente en el absurdo, aceptarlo y rebelarse contra él.
¿Quién es Sísifo?
Es también el perturbador testimonio de la única dignidad del hombre: la rebelión tenaz contra su condición, la perseverancia en un esfuerzo considerado estéril. Exige un esfuerzo cotidiano, dominio de sí, apariencia exacta de los límites de lo verdadero, mesura y fuerza. Constituye una ascesis. Todo eso para nada, para repetir y atascarse. Mas asco la gran obra de arte tiene menos importancia en sí que en la prueba que exige de un hombre y la ocasión que la brinda de superar sus fantasmas y acercarse un poco más a su realidad desnuda (p. 123).
El mito de Sísifo (p. 82). Tweet
La tarea de Sísifo es inútil, pero en la conciencia de esa inutilidad puede hallar dignidad y libertad. Con estas reflexiones, apostilla al final del relato: “hay que imaginarse a Sísifo feliz”.
Recuperando la esperanza para aquellos que estén pasando un mal momento, abismo en el que todos, de igual manera, nos hemos encontrado en varias ocasiones, les recomendamos, de nuevo, la ayuda de su círculo más cercano, donde hallarán el apoyo necesario y las cuerdas que tiende la familia y las amistades para sacarnos de ese hoyo. También desterramos la idea de que hablar del suicidio sea tabú. Os animamos a hablar de ello. Verbalizar vuestros sentimientos para que aquellos que se sientan perdidos puedan encontrar un halo de luz en el testimonio de otros. Hay mucha fuerza en la energía de las personas, y gracias a ellas, Sísifo puede empujar un poco más arriba la dichosa piedra.
En este universo, la obra es entonces la única posibilidad de mantener la conciencia y de fijar sus aventuras. Crear es vivir dos veces. La búsqueda titubeante y ansiosa de un Proust, su meticulosa colección de flores, tapicerías y angustias no significan otra cosa.
El mito de Sísifo (p.104) Tweet
Y, en definitiva, aunque estas lecturas existencialistas posean una gran carga narrativa y una madurez sin precedentes, nuestro consejo es que, como lectores multidisciplinares que no desprecian ninguna manifestación artística, escuchen canciones como las de uno de esos grupos españoles que bien podrían situar sus rimas entre sencillas estrofas de Bachillerato o alcanzar con algunas de sus reflexiones el Nobel de Literatura. (No pongamos el grito en el cielo, que nadie se esperaba el Nobel de Dylan). En concreto, os recomendamos Hamburguesas, donde se festeja la vida a través de una serie de frases esperanzadoras como:
“Porque fuera hay cosas preciosas.
Hamburguesas el fútbol, mi madre.
Mis amigos suman más que mis demonios…”.
Y cerramos con el último verso de esta canción, que bien tiene en cuenta la relevancia de esta historia de Camus, y que, sin embargo, al igual que hemos hecho nosotros desde la revista, celebramos su creación, admiramos su belleza, pero encontramos en nuestro interior, y en nuestro exterior, el resquicio que sirve como acicate para la vida:
“Porque fuera hay cosas preciosas
Los paseos, las putas gaviotas.
Yo confío en salir de este hoyo
Sísifo me come la poll**”.
Ítem | Calificación |
---|---|
1. DESCRIPCIÓN | 9/10 |
2. MADUREZ NARRATIVA | 10/10 |
3. RIQUEZA LINGÜÍSTICA | 8/10 |
4. DESARROLLO DE PERSONAJES / PLANTEAMIENTO DE LAS TESIS Y/O PROTAGONISTAS | 8/10 |
5. HISTORIA / TRAMA / CONDUCCIÓN DEL ENSAYO | 6/10 |
6. DESENLACE / FINAL DEL ENSAYO | 10/10 |
7. DIÁLOGOS / RELACIÓN ENTRE PERSONAJES / CALADO DE LOS PERSONAJES | 6/10 |
8. PROFUNDIDAD Y SIMBOLOGÍA | 9/10 |
9. UNIVERSALIDAD / IMPACTO EN UNA SOCIEDAD | 8/10 |
10. RELEVANCIA HISTÓRICA EN SU CONTEXTO | 8/10 |
Total | 82/100 |