EXCÉNTRICOS

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Excéntricos

En una concisa obra de poco menos de doscientas páginas, Geminello Alvi explora con la facundia que lo caracteriza la vida de los Excéntricos¸ que tanto han transformado su prosa y su vida profesional.

Desde los personajes más histriónicos hasta los modestos desconocidos, Alvi surca la historia de las estrellas de nuestro tiempo para, de un salto y en tan solo cuatro páginas, adentrarte en el contexto en el que algunos de estos personajes alcanzaron su máximo apogeo.

El estilo sobrio y nada abigarrado permite escoger tres o cuatro excéntricos y convertirlos en salvajes conocidos de sobremesa, que a cuenta gotas se introducen en nuestra vida a través de una cercanía inesperada. Alvi utiliza tanto el formato de la crónica, como la estrategia del relato, pasando por narraciones en primera persona y semblanzas que rozan lo onírico.

La vida de algunos de ellos se asoma peligrosamente al bullicio popular, pues son ínclitas figuras de nuestra cultura europea y americana que dejaron un poso fundamental en el ideario colectivo de nuestra sociedad. Desde Literatura Diderot, nos adentramos en alguno de ellos, para saber qué es lo que Alvi tiene que decirnos:

H.P. LOVECRAFT

“Estoy sentado en la cama, frente a un espejo sobre el cual se ondula una criatura invisible, pero viva, que alcanza los tres metros de altura. Un ser, tal vez espectro, provocado por mi severísimo ayuno. Pero se ha desplegado con una cabriola desde mi corazón y sigue mirándome: mezcla de míster Hyde de Stevenson y un campo magnético, mi luna negra, alma de la guarda. El 18 de marzo, ya difunto, me enterrarán en la tumba familiar de Providence, Nueva Inglaterra”

Como no podría ser de otra manera, Alvi se refiere a nuestro Chtulhu, y a su creador, H.P. Lovecraft, que falleció muy joven debido a una dolencia médica. Al igual que su esposa, quien no le sobreviviría. Y sus padres, a los que acompañaría, tal y como señala Geminello Alvi, un 18 de marzo.

EMILIO SALGARI

“A vosotros, que os habéis enriquecido con mi piel manteniéndonos a mí y a mi familia en una continua semimiseria o algo peor, solo os pido que os ocupéis de mis funerales para compensar así las ganancias que os he proporcionado. Me elimino, vencido por las adversidades”.

Estas últimas palabras podrían pertenecer a cualquier escritor frustrado hostigado por sus editores, pero pertenecen a un conocido ya de Literatura Diderot: Emilio Salgari, quien crease con denuedo las Aventuras de Sandokan y que fuese perseguido por sus editores para escribir hasta la saciedad cual esclavo. Salgari intentó suicidarse en varias ocasiones. La última, no fue solo un intento, y terminó con su vida perseguido por una fama provocada por los editores de una empresa que se dedicó a presionar a un escritor modélico.

GEORG TRAKL

“Fue internado en un manicomio en Cracovia. Expiró el 3 de noviembre, a tres meses de cumplir veintisiete años, debido a un paro cardiaco provocado por una sobredosis de cocaína. En 1917, con veintiséis años, Grete se quitó la vida de un disparo. Era un adulto retraído que, sin embargo, hacía resistido en el cielo siendo un muchacho. Se entendía con los menesterosos y los animales, solo un minero de Hallstatt, su devoto ordenanza, asistió a su funeral”.

¿De quién hablamos en esta ocasión? Exacto, de Greorg Trakl, poeta incomprendido que perdió la vida a causa de las drogas, y manipulado por la idea del ideal social. Persiguió una quimera poética y tan solo alcanzó la prosaica realidad. Fue llamado a filas durante la Primera Guerra Mundial e intentó quitarse la vida de un disparo, acto que impidieron sus compañeros. Trakl estuvo enamorado de su hermana y esta, Grette, lo correspondía. No pudo amar más la vida de lo que amó a Grette. Sin embargo, a él la vida no le correspondía.

J.R.R. TOLKIEN

“Murió a los ochenta y dos un años, dos años después que su esposa, en cuya lápida hizo agregar el nombre de Lúthien. En la suya quiso añadir el nombre de Beren, el mortal enamorado de una elfa a la que había visto bailar por el bosque”.

Suficientes pistas hemos desvelado ya para comprender que se trata de J.R.R. Tolkien, quien escribiera una de las más vastas creaciones literarias hasta la fecha: el universo del Señor de los anillos. Su influencia procede de Wagner, de la literatura norrena, de los mitos germánicos como los de Sigfrido o el dragón Fafnir, pero sobre todo de la literatura inglesa e islandesa, de la que proceden varios de los mitos que luego ha implementado en sus obras.

Geminello Alvi consigue embaucar al lector a través de breves píldoras disformes que le permiten conectar con el alma del excéntrico, pudiendo conocer decenas de personajes como Gretta Garbo, Carlo Colodi, James Stewart, o Hans Christian Andersen. Desde Literatura Diderot recomendamos su lectura, sabiendo que se trata de un libro asequible y entretenido, que recorre someramente la vida de los excéntricos según el laureado autor Geminello Alvi.

Ítem Calificación
1. DESCRIPCIÓN7/10
2. MADUREZ NARRATIVA6/10
3. RIQUEZA LINGÜÍSTICA6/10
4. DESARROLLO DE PERSONAJES / PLANTEAMIENTO DE LAS TESIS Y/O PROTAGONISTAS7/10
5. HISTORIA / TRAMA / CONDUCCIÓN DEL ENSAYO5/10
6. DESENLACE / FINAL DEL ENSAYO4/10
7. DIÁLOGOS / RELACIÓN ENTRE PERSONAJES / CALADO DE LOS PERSONAJES6/10
8. PROFUNDIDAD Y SIMBOLOGÍA5/10
9. UNIVERSALIDAD / IMPACTO EN UNA SOCIEDAD7/10
10. RELEVANCIA HISTÓRICA EN SU CONTEXTO5/10
Total 58/100

Alquimistas arruinados por el ajenjo, luchadores que se enfrentan a tigres en combates cuerpo a cuerpo antes de convertirse al ascetismo, aeronautas temerarios que aterrizan en tejados de grandes almacenes parisinos, generales cosacos budistas, políglotas ayunadores, aviadores infelices, inventores de cañones etéreos, pintores monocromos devotos de santa Rita… De Cary Grant a Lovecraft, de Salgari a Pancho Villa y Buster Keaton, o de Arletty a Therese Neumann, no cabe duda de que los cuarenta y dos personajes a los que Alvi retrata en estas páginas son extravagantes y excéntricos, pero ante todo hombres y mujeres cuyas irrefrenables ganas de vivir encarnan el proteico potencial del espíritu humano.

*Literatura Diderot recomienda libros por su valor cultural y divulgativo, sin alinearse con ideologías o religiones. Cada recomendación se basa en obras relevantes para el autor analizado.*