ASHIKAGA YOSHIMITSU

Ashikaga Yoshimitsu (1358–1408)

Ashikaga Yoshimitsu fue el tercer shōgun de la dinastía Ashikaga en Japón, un período crucial en la historia del país, que marcó la consolidación de su familia en el poder y el florecimiento cultural de la era Muromachi. Nació en 1358 y asumió el cargo de shōgun en 1368, sucediendo a su padre, Ashikaga Takauji, quien fundó el shogunato Ashikaga. Yoshimitsu desempeñó un papel esencial en la estabilización y expansión del poder de la familia Ashikaga en un Japón dividido entre facciones rivales y sumido en los efectos de la Guerra Ōnin (1467-1477).

Durante su gobierno, Yoshimitsu promovió la paz interna y la prosperidad económica, pero también fue un líder profundamente interesado en el florecimiento cultural, lo que lo convirtió en uno de los patrocinadores más destacados de las artes y las letras en su tiempo. Su reinado se caracteriza por su habilidad para manejar tanto los asuntos políticos como los culturales. Fue fundamental en la consolidación del shogunato Ashikaga después de la era de conflicto civil, y a través de su astuta diplomacia y sus alianzas, fortaleció el gobierno militar de la familia Ashikaga.

Yoshimitsu fue conocido por su apoyo a las artes, en especial al teatro Noh, la pintura y la poesía. Durante su mandato, la corte imperial y el shogunato experimentaron una fusión de influencias culturales de la corte Heian y de las nuevas formas de arte y estética que estaban emergiendo en la sociedad samurái. Su patrocinio fue clave para el florecimiento de la cultura en la era Muromachi, y a menudo se le recuerda como un mecenas de la cultura, similar a los grandes patrones de la Italia renacentista.

Uno de los eventos más destacados de su reinado fue su decisión de construir el famoso Kinkaku-ji (Pabellón Dorado) en Kioto, un templo que, además de su belleza arquitectónica, simboliza el lujo y la sofisticación cultural de su época. Yoshimitsu también era conocido por su gusto por los lujos, lo que se refleja en sus residencias y su patrocinio de artes como la cerámica y el té.

En cuanto a la política exterior, Yoshimitsu buscó establecer relaciones diplomáticas estables con China, especialmente con la dinastía Ming, y con los países del sudeste asiático. Durante su mandato, Japón recibió la embajada de la dinastía Ming, lo que fortaleció la posición internacional del país.

A pesar de su éxito como líder, Yoshimitsu murió en 1408. Su muerte marcó el inicio de una lenta decadencia en el poder de la familia Ashikaga, aunque su influencia perduró mucho tiempo después 

Curiosidades de Ashikaga Yoshimitsu

Una de las obras más emblemáticas de Yoshimitsu fue la construcción del Kinkaku-ji, o Pabellón Dorado, en 1397. Este templo budista Zen, situado en Kioto, es un símbolo de la riqueza y el refinamiento cultural de la era Muromachi. El templo, que originalmente fue una villa privada de Yoshimitsu, se convirtió en un monasterio después de su muerte. La arquitectura y el paisaje circundante de Kinkaku-ji siguen siendo un ejemplo destacado de la estética Zen y el gusto de la época por el lujo contenido.

Durante su reinado, Yoshimitsu logró establecer relaciones diplomáticas formales con la dinastía Ming de China. En 1401, envió una embajada a China que resultó en un tratado formal de intercambio. Este evento fortaleció las relaciones comerciales y culturales entre Japón y China. Los japoneses recibieron de China no solo bienes materiales, sino también una serie de influencias culturales, como las artes de la cerámica y la pintura. Esta relación tuvo un impacto duradero en la cultura japonesa de la época.

Yoshimitsu fue un gran patrocinador de las artes, en particular del teatro Noh, una forma de drama musical que se convirtió en una de las principales formas de entretenimiento cultural en Japón. El shōgun apoyó a figuras clave en el desarrollo del Noh, como Zeami Motokiyo, quien refinó el estilo y la forma del Noh en la corte del shogunato. La relación entre Yoshimitsu y Zeami ayudó a elevar el Noh a la posición de prestigio que mantiene hasta la actualidad.

Además de su interés en las artes, Yoshimitsu era conocido por su amor por los lujos y las ceremonias sofisticadas. A menudo se organizaban en su corte grandes festivales y banquetes, donde el té y otros elementos de la cultura material japonesa, como la cerámica, tenían un papel destacado. Yoshimitsu fue uno de los primeros shōguns en fomentar la ceremonia del té, una práctica que más tarde sería perfeccionada por figuras como Sen no Rikyū.

A pesar de su éxito y prosperidad durante su reinado, Yoshimitsu dejó el poder de la familia Ashikaga en una situación compleja. Después de su muerte, sus sucesores fueron menos capaces que él, lo que llevó a un gradual declive del poder del shogunato Ashikaga. La corte imperial y las facciones militares rivales comenzaron a ganar influencia, y a mediados del siglo XV, el shogunato Ashikaga fue incapaz de mantener el control del país, lo que desencadenó el período Sengoku de guerra civil.

OBRAS

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