MIGUEL HERNÁNDEZ

Miguel Hernández (1910-1942)

Miguel Hernández nació el 30 de octubre de 1910 en Orihuela, una pequeña ciudad de la provincia de Alicante, España. Hijo de un modesto pastor, desde joven mostró una gran sensibilidad hacia la poesía. Aunque comenzó su formación académica en la escuela local, su familia no pudo permitirse que continuara en los estudios, lo que lo llevó a ingresar en el mundo laboral a una edad temprana. Sin embargo, su pasión por la literatura lo impulsó a continuar formándose por su cuenta, leyendo a poetas como Antonio Machado, Rubén Darío y, en especial, a la poesía de la Generación del 27.
A los 19 años se trasladó a Madrid, donde comenzó a conocer a otros escritores de la vanguardia literaria, como Ramón Sijé, quien sería una de sus principales influencias. Con su primer libro Perito en lunas (1933), Hernández se integró al panorama literario español, destacándose como uno de los poetas más prometedores de su generación. Su estilo estaba fuertemente influenciado por la poesía popular, pero también por los grandes referentes de la poesía española moderna.
La Guerra Civil Española (1936-1939) marcó un antes y un después en la vida de Hernández. Si bien su obra hasta ese momento había estado centrada en temas como el amor y la naturaleza, con el conflicto se comprometió de lleno con el bando republicano, escribiendo muchos de sus poemas más famosos durante este período. Su estilo poético se radicalizó, adoptando una voz combativa, de lucha social y de protesta, pero también de dolor y desesperanza por la guerra.
El poeta luchó en el frente republicano como soldado, y su obra en esos años refleja una intensa angustia por los horrores del conflicto. A pesar de los esfuerzos por mantener la moral alta entre sus compañeros, la derrota republicana fue inevitable, y, como muchos otros intelectuales de izquierda, Hernández fue arrestado tras la victoria franquista. Condenado a prisión, padeció una serie de penurias que, sumadas a la dureza de su encarcelamiento, le provocaron enfermedades que afectaron gravemente su salud.
Durante su estancia en la cárcel, Hernández continuó escribiendo, produciendo algunos de sus versos más desgarradores y emblemáticos, como los que componen Cancionero y romancero de ausencias (1938). Lamentablemente, el 28 de marzo de 1942, debido a las condiciones inhumanas de su prisión y a su mal estado de salud, Miguel Hernández murió a la edad de 31 años.

Curiosidades de Hernández

Una de las amistades más importantes de la vida de Miguel Hernández fue la que mantuvo con el poeta Ramón Sijé. Sijé, que fue su maestro y amigo cercano, tuvo una gran influencia en la formación literaria de Hernández. Su trágica muerte en 1935 marcó profundamente al joven poeta, y la elegía El rayo que no cesa (1936), escrita tras su fallecimiento, es una de las obras más emblemáticas de la literatura española. En ella, Hernández expresa su dolor y su angustia por la pérdida de Sijé, lo que también puede interpretarse como una reflexión sobre la fugacidad de la vida.
Durante la Guerra Civil, Hernández pasó de ser un poeta de corte lírico a un poeta comprometido, cuya obra se impregnó de un fuerte contenido político y social. Los poemas que escribió durante este tiempo, especialmente en Viento del pueblo (1937), reflejan la tragedia de la guerra y el sufrimiento de los combatientes republicanos. También escribió con una perspectiva de solidaridad y lucha, convirtiéndose en un poeta emblemático del bando republicano.
Miguel Hernández es conocido por su capacidad de conectar con el pueblo a través de su poesía. Su lenguaje directo, lleno de fuerza y pasión, hacía que sus versos fueran accesibles tanto a los intelectuales como a las personas comunes. Aunque no pertenecía a una clase alta ni académica, su obra se centraba en los problemas sociales de su tiempo, como la lucha de los campesinos, la opresión y la guerra, temas que lo convirtieron en un referente de la literatura comprometida.
Tras la victoria franquista en la Guerra Civil, Hernández fue arrestado y condenado a muerte. Su pena fue conmutada por la de prisión, pero sus condiciones de encarcelamiento fueron extremadamente duras. Durante su estancia en prisión, su salud se deterioró gravemente debido a las pésimas condiciones sanitarias. La tuberculosis y otras enfermedades le hicieron pagar un alto precio por su valentía política. El 28 de marzo de 1942, murió en la prisión de Alicante, a la edad de 31 años.
Aunque Miguel Hernández es conocido principalmente por su poesía de corte social y político, su obra abarca muchos otros géneros. Su primer libro, Perito en lunas (1933), es un claro ejemplo de su poesía amorosa, influenciada por el modernismo y la poesía simbolista. Su siguiente obra, El rayo que no cesa (1936), tiene un tono más existencial y desgarrador, y se caracteriza por un estilo lírico y apasionado. Además de su poesía de guerra, también escribió obras más íntimas, como Cancionero y romancero de ausencias (1938), que recoge sus sentimientos de angustia y desesperación.
Miguel Hernández también es conocido por su amor y cercanía con la naturaleza, un tema recurrente en su obra.

Su infancia en Orihuela, rodeado de campos y animales, le dejó una huella profunda que se refleja en sus versos. Su poesía no solo es social y política, sino también una reflexión sobre la naturaleza, los animales y el ciclo de la vida y la muerte. Esto se puede ver en su obra La guerra (1937), donde evoca el sufrimiento de los campesinos y el impacto de la guerra en la tierra y los seres vivos.
Varias de sus poesías han sido adaptadas a canciones, especialmente en el ámbito de la música folk y la canción de protesta. La figura de Hernández sigue viva en la cultura popular, con sus poemas interpretados por músicos como Joan Manuel Serrat y otros artistas de la canción comprometida.

OBRAS

En «El rayo que no cesa», Miguel Hernández despliega su genio poético con una intensidad que trasciende las páginas, dejando una huella imborrable en la historia de la literatura española. Publicada por primera vez en 1936, esta obra maestra refleja la pasión y la tragedia de un período tumultuoso en la vida del poeta, marcado por el amor, la guerra civil y la inquebrantable lucha por la libertad.

*Literatura Diderot recomienda libros por su valor cultural y divulgativo, sin alinearse con ideologías o religiones. Cada recomendación se basa en obras relevantes para el autor analizado.*

El gran interés que sigue despertando la poesía de Miguel Hernández justifica la edición de su «Obra poética completa». Una recopilación que Leopoldo de Luis, poeta y crítico que fue amigo de Miguel Hernández, y Jorge Urrutia, catedrático de Literatura de la Universidad Carlos III de Madrid, hicieran por primera vez en plena transición política española y que vino a convertirse en un libro mítico.

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La evolución de su obra se divide en cuatro etapas: tras sus primeras composiciones gongorianas y puristas (Perito en lunas), avanza hacia la poesía impura de Neruda y los poetas del 27, para dar expresión al amor y a la crisis vital que lo acompaña (El rayo que no cesa). A comienzos de la guerra civil, su esperanza en la lucha desplaza su poesía hacia el lenguaje llano de la canción popular y la lírica tradicional (Viento del pueblo y El hombre acecha).

*Literatura Diderot recomienda libros por su valor cultural y divulgativo, sin alinearse con ideologías o religiones. Cada recomendación se basa en obras relevantes para el autor analizado.*

Novela gráfica divida en tres capítulos que narra la vida de Miguel Hernández, poeta y dramaturgo nacido en Orihuela, entre 1925 hasta el periodo de la postguerra.

Esta obra de Carles Esquembre nos ofrece una imagen del poeta muy personal que seducirá y deslumbrará a todos aquellos que conocen los versos y las circunstancias que rodearon al escritor, y también a los que por primera vez se acerquen a su imagen a través de estas páginas.

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«Los poetas somos viento del pueblo: nacemos para pasar soplando a través de sus poros y conducir sus ojos y sus sentimientos hacia las cumbres más hermosas», confiesa Miguel Hernández en la dedicatoria de «Viento del pueblo» (1936-1937). Y así surgen los poemas de este libro con su nota dinámica, su tono épico y su febril entusiasmo. El poeta a lo largo de toda la obra canta los dolores y aspiraciones del pueblo en guerra con el que se identifica totalmente.

*Literatura Diderot recomienda libros por su valor cultural y divulgativo, sin alinearse con ideologías o religiones. Cada recomendación se basa en obras relevantes para el autor analizado.*