PAUL ÉLUARD

Paul Éluard (1895-1952)
Paul Éluard nació como Eugène Émile Paul Grindel el 14 de diciembre de 1895 en Saint-Denis, un suburbio de París, en el seno de una familia de clase media. Su temprana sensibilidad literaria y su contacto con la enfermedad marcaron sus años de formación: contrajo tuberculosis a los 17 años y pasó largas temporadas en sanatorios, donde la lectura y la escritura se convirtieron en refugio y forma de resistencia. Fue en uno de esos centros donde conoció a la joven rusa Helena Diakonova —la futura Gala—, quien se transformó en su primer gran amor y musa.
Durante la Primera Guerra Mundial, Éluard fue movilizado como enfermero de campaña. La experiencia del frente lo traumatizó profundamente, y su rechazo a la guerra fue absoluto. A partir de entonces, su poesía incorporó una dimensión humanista que no abandonaría nunca. En 1917 publicó su primer libro con el seudónimo que lo haría célebre: Paul Éluard, tomado del apellido de su abuela materna.
Su encuentro con André Breton y Louis Aragon lo condujo al grupo surrealista. Participó activamente en la definición del movimiento, defendiendo una poesía capaz de expresar lo inconsciente, lo irracional y lo maravilloso cotidiano. Su estilo, sin embargo, se distinguía por una ternura lírica que lo alejaba de la agresividad o el hermetismo de algunos de sus compañeros. Obras como Capitale de la douleur (1926) o L’Amour la poésie (1929) definieron su singular voz dentro del surrealismo.
En 1929, Gala lo abandonó por Salvador Dalí. Este abandono, vivido como una catástrofe emocional, fue también un punto de inflexión en su poesía. No obstante, Éluard reconstruyó su vida afectiva y poética junto a Nusch, una actriz y modelo que se convirtió en su nueva musa y compañera. Con ella vivió los años más intensos de compromiso político y poético. Su casa se convirtió en un centro de reunión de artistas como Picasso, Man Ray o Max Ernst.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Éluard fue una de las voces poéticas más representativas de la Resistencia francesa. Sus poemas, cargados de emoción y coraje, circularon clandestinamente. Liberté, escrito en 1942, fue lanzado desde el aire en millares de copias por la aviación aliada sobre la Francia ocupada: un acto simbólico que convirtió la poesía en arma de lucha.
Tras la guerra, Éluard fue reconocido como una figura moral e intelectual de primer orden. Se unió al Partido Comunista Francés y viajó a diversos países como embajador de la poesía y la paz. No obstante, vivió también contradicciones internas, sobre todo tras la muerte de Stalin, que afectó su fe política. Murió repentinamente el 18 de noviembre de 1952. Fue enterrado en el Père-Lachaise y su tumba, como su obra, sigue siendo lugar de peregrinación para quienes creen en el poder del verso para resistir el horror y afirmar la belleza.
Curiosidades de Éluard
Helena Diakonova, más conocida como Gala, fue su primera esposa, musa y colaboradora. Se conocieron cuando ambos estaban enfermos de tuberculosis. Ella inspiró algunos de sus poemas más intensos, como los de Capitale de la douleur. En 1929, Gala lo dejó por Salvador Dalí, y esa traición amorosa sacudió profundamente a Éluard. Años después, pese al dolor, mantuvo con Dalí una relación epistolar cordial y extrañamente afectuosa.
Durante la ocupación nazi, Éluard escribió el poema Liberté, en el que cada estrofa termina con “j’écris ton nom”. Fue publicado clandestinamente en revistas de la Resistencia y más tarde lanzado desde los aviones aliados. El poema se convirtió en símbolo de lucha y esperanza. Su potencia emocional reside en la simplicidad formal y en la insistencia obsesiva en el nombre de la libertad como conjuro poético y político.
Aunque fue un miembro activo del grupo surrealista, Éluard mantuvo un estilo más cálido, amoroso y accesible que otros como Breton o Artaud. Sus poemas están llenos de cuerpos, manos, bocas, rostros: una sensualidad directa, sin renunciar al misterio. Algunos lo acusaron de “sentimental”, pero su lirismo profundo le ganó un lugar especial en el corazón del público.
Nusch, nacida Maria Benz, fue acróbata, actriz y modelo. Se convirtió en su gran amor tras Gala. Aparece en infinidad de poemas, fotografías y collages. Fue retratada por Man Ray y Picasso. Cuando murió repentinamente en 1946, Éluard quedó devastado. A su muerte dedicó algunos de los poemas más dolientes y luminosos de su obra.
Éluard defendía la idea de que la poesía debía tener un compromiso con la vida. Durante la guerra, sus versos circularon de mano en mano, en hojas arrancadas o memorizadas. Para él, el poema era un refugio pero también una trinchera. Su verso se volvió más claro, más directo, sin renunciar a la belleza.
Mantuvo una larga amistad con Pablo Picasso. Compartían el amor por el arte y el antifascismo. Picasso ilustró algunos de sus libros y, tras la muerte de Éluard, pintó un retrato-homenaje en su honor. Ambos coincidían en la idea de que el arte debía ser también una forma de verdad y compromiso.
Adoptó el seudónimo “Éluard” en homenaje a su abuela materna, Félicie Maria Éluard. Quiso con ello apropiarse de un linaje afectivo frente a la frialdad de su entorno familiar. También es significativo que eligiera su nuevo nombre poco antes de su entrada en la poesía surrealista, como si el nacimiento del poeta exigiera un renacimiento nominal.
Se unió al Partido Comunista Francés en 1942 y fue una de sus figuras más visibles en el mundo de la cultura. Asistió a congresos por la paz, defendió a los presos políticos y fue una voz destacada del “realismo socialista lírico”. Sin embargo, con el tiempo también expresó dudas sobre los excesos del estalinismo, aunque nunca rompió del todo con el partido.
Los poemas de Éluard no solo hablan del amor, son amor. Describen la amada como paisaje, la piel como lenguaje, el cuerpo como morada de lo sagrado. Su poesía se convierte en acto de comunión, donde lo físico y lo espiritual se funden. No por nada Octavio Paz lo llamó “el poeta del corazón evidente”
Murió de un infarto en 1952, a los 56 años. Su funeral fue multitudinario: acudieron políticos, obreros, artistas, y fue enterrado en el cementerio Père-Lachaise con honores de Estado. No dejó testamento ni instrucciones. Sus amigos lo despidieron leyendo Liberté. Aragon dijo entonces: “Paul Éluard ha muerto, pero la poesía continúa respirando con su voz”.
OBRAS
*Literatura Diderot recomienda libros por su valor cultural y divulgativo, sin alinearse con ideologías o religiones. Cada recomendación se basa en obras relevantes para el autor analizado.*
*Literatura Diderot recomienda libros por su valor cultural y divulgativo, sin alinearse con ideologías o religiones. Cada recomendación se basa en obras relevantes para el autor analizado.*