FRIEDRICH NIETZSCHE

Friedrich Nietzsche (1844-1900)

Friedrich Nietzsche nació el 15 de octubre de 1844 en Röcken, un pequeño pueblo de la Sajonia prusiana, en el seno de una familia profundamente religiosa: su padre era pastor luterano. Tras la muerte prematura de su padre y de un hermano menor, la familia se trasladó a Naumburg, donde Nietzsche fue educado por su madre, su abuela, dos tías solteras y su hermana Elisabeth. Fue un niño precoz, melancólico y muy disciplinado, interesado desde joven en la música y la filología clásica.

Con apenas 24 años se convirtió en catedrático de Filología Clásica en la Universidad de Basilea, en Suiza, lo que demuestra la extraordinaria precocidad de su talento académico. Allí entabló amistad con el compositor Richard Wagner, relación que marcó profundamente su pensamiento, aunque acabaría rompiéndose con dureza. Por motivos de salud —sufría migrañas crónicas, problemas digestivos y de vista—, Nietzsche abandonó la docencia en 1879 y se dedicó exclusivamente a escribir.

Sus obras más conocidas incluyen Así habló Zaratustra (1883–85), Más allá del bien y del mal (1886) y La genealogía de la moral (1887), donde desarrolla conceptos como la voluntad de poder, el eterno retorno o la crítica radical a la moral judeocristiana. Su estilo aforístico, su mezcla de poesía y filosofía, y su tono profético lo convirtieron en una figura única e inclasificable.

En 1889, mientras vivía en Turín, sufrió un colapso mental que lo llevó al silencio absoluto. Se ha hecho célebre la anécdota (mitificada) de que se derrumbó al ver cómo un cochero azotaba a un caballo. Desde entonces, vivió bajo los cuidados de su madre y más tarde de su hermana, Elisabeth, hasta su muerte en 1900, en Weimar, tras una larga decadencia física y mental. Paradójicamente, alcanzó la celebridad póstuma, en parte manipulada por su hermana, que tergiversó aspectos de su pensamiento para alinearlos con el nacionalismo alemán.

Curiosidades de Nietzsche

Una de las escenas más icónicas de la vida de Nietzsche ocurrió el 3 de enero de 1889, en la Piazza Carlo Alberto de Turín. Al ver cómo un cochero azotaba brutalmente a un caballo, Nietzsche, presa de una sensibilidad extrema, corrió hacia el animal, lo abrazó y rompió a llorar desconsoladamente. Fue el inicio de su colapso nervioso definitivo. Desde entonces no volvió a escribir ni hablar coherentemente. Se ha debatido si este gesto fue real o una construcción simbólica, pero se ha convertido en una imagen representativa de su compasión trágica y su conexión con el sufrimiento animal, que algunos han interpretado como una anticipación de la ética moderna.
Durante un tiempo, Nietzsche fue un admirador devoto de Richard Wagner, a quien consideraba un genio que encarnaba el espíritu dionisíaco que tanto veneraba. Incluso dedicó su primera gran obra, El nacimiento de la tragedia, al compositor. Sin embargo, la creciente religiosidad de Wagner y su nacionalismo germánico provocaron el alejamiento de Nietzsche, que se plasmó en textos demoledores como El caso Wagner o Nietzsche contra Wagner, donde lo acusa de decadente, teatral y reaccionario. Esta ruptura fue personal y filosófica, y le causó un profundo dolor.
Elisabeth Förster-Nietzsche, una figura controvertida, jugó un papel crucial en la recepción de la obra de su hermano. Nacionalista, antisemita y admiradora de Hitler, Elisabeth editó y publicó los textos póstumos de Nietzsche según su propia agenda ideológica. El caso más flagrante fue La voluntad de poder, un libro póstumo armado a partir de fragmentos sin terminar y reorganizados de forma que reforzaran una lectura protofascista de Nietzsche. Durante décadas, esta imagen falseada fue la que dominó, hasta que estudios filológicos desmontaron su manipulación.
La causa exacta del deterioro mental de Nietzsche ha sido objeto de debate. La teoría tradicional sugiere que padeció sífilis terciaria, probablemente contraída en su juventud en burdeles. Sin embargo, estudios recientes proponen otras posibilidades, como un trastorno bipolar, un tumor cerebral o una enfermedad neurodegenerativa como la CADASIL (angiopatía cerebral autosómica dominante con infartos subcorticales y leucoencefalopatía). Ninguna teoría ha sido concluyente, pero todas refuerzan la imagen trágica de un genio consumido por su propia intensidad.
Nietzsche vivió prácticamente solo durante la mayor parte de su vida adulta. Su amor más célebre fue por Lou Andreas-Salomé, una brillante y joven escritora rusa, discípula de Freud, que fascinó al filósofo. Le propuso matrimonio, pero fue rechazado (como también lo fue por Paul Rée, amigo común). Nietzsche quedó devastado. Su correspondencia de aquellos años muestra una mezcla de exaltación y melancolía que algunos han vinculado con la gestación de Así habló Zaratustra. Su vida emocional fue turbulenta, marcada por el deseo no correspondido y una creciente distancia con el mundo.
Turín fue una de las ciudades que Nietzsche más amó. Durante su estancia en 1888 vivió en la Via Carlo Alberto, número 6, donde escribió algunas de sus obras más brillantes (El crepúsculo de los ídolos, El Anticristo). Su vida fue la de un nómada, moviéndose entre Alemania, Suiza, Italia y Francia, siempre en busca de climas que aliviaran su salud y de soledad para pensar. No tenía una residencia fija, vivía en pensiones modestas y su economía era frágil. Su estilo de vida reflejaba su independencia radical, pero también su aislamiento.
Nietzsche rompió con el estilo académico y filosófico tradicional. Su prosa es poética, irónica, provocadora. Cultivó el aforismo como forma, lo cual ha influido decisivamente en escritores como Albert Camus, Jorge Luis Borges, Thomas Mann o Emil Cioran. Así habló Zaratustra mezcla profecía, poesía, sátira y filosofía de un modo completamente nuevo, casi místico. Esta forma de escribir convirtió su pensamiento en literatura viva.
Nietzsche vivió los últimos 11 años de su vida incapacitado mentalmente. Fue un “muerto en vida”, cuidado por su madre y luego por su hermana, que lo exhibía como una reliquia de genio mientras él permanecía en silencio, a veces murmurando incoherencias. Algunos visitantes decían que, aun así, su mirada seguía siendo intensa y penetrante. Esta larga postración ha dado pie a reflexiones sobre el precio de la genialidad, el sacrificio del cuerpo al pensamiento y la soledad radical de quien rompe con todos los valores de su tiempo.

OBRAS

El Anticristo de Friedrich Nietzsche —filósofo que entendió mejor que ningún otro el mundo de finales del XIX; es decir, la deshumanización, el colonialismo y los cambios producto de la industrialización— despliega, en este libro, una crítica profunda a la religión cristiana, dado que identifica todo el mal social en el cristianismo, reivindicando la virtud del espíritu libre. En la obra, Nietzsche reconoce a Jesucristo como el único cristiano y evidencia el deseo casi enfermizo de la sociedad clerical por conservar el poder por medio de falsedades y supersticiones que terminaron, muy a su pesar, aceptadas como ciertas.

*Literatura Diderot recomienda libros por su valor cultural y divulgativo, sin alinearse con ideologías o religiones. Cada recomendación se basa en obras relevantes para el autor analizado.*

Obra capital de Friedrich Nietzsche, Así habló Zaratustra recrea los trabajos y las palabras del profeta persa Zaratustra en el momento en que desciende de las montañas para revelar ante el mundo que Dios ha muerto y que el Superhombre ha de ser su sucesor. Con un discurso de gran intensidad que combina la ética, la narración y la poesía, Nietzsche sostiene que el sentido de la existencia no se encuentra en las viejas ideas religiosas ni en la sumisión a los amos, sino en una fuerza vital todopoderosa que puede identificarse con una nueva forma de ser libre.

*Literatura Diderot recomienda libros por su valor cultural y divulgativo, sin alinearse con ideologías o religiones. Cada recomendación se basa en obras relevantes para el autor analizado.*

Si bien «Más allá del bien y del mal» (1886) retoma elementos e ideas de Así habló Zaratustra profundizando en ellos, presenta un tratamiento de los mismos completamente distinto. Entre una y otra obra hay, fundamentalmente, un reajuste de la mirada: el paso del símbolo al concepto, de la poesía a la psicología, de la confianza a la sospecha, de la lejanía que permite dejar de lado los defectos a la óptica microscópica que pone de relieve las miserias

*Literatura Diderot recomienda libros por su valor cultural y divulgativo, sin alinearse con ideologías o religiones. Cada recomendación se basa en obras relevantes para el autor analizado.*

La amistad entre Friedrich Nietzsche y Richard Wagner dio lugar a una de las relaciones personales e intelectuales más sorprendentes y trascendentales de la moderna historia cultural alemana y europea, tal como queda reflejado en esta Correspondencia, de la que publicamos la edición más completa y definitiva.

*Literatura Diderot recomienda libros por su valor cultural y divulgativo, sin alinearse con ideologías o religiones. Cada recomendación se basa en obras relevantes para el autor analizado.*