VIRGINIA WOOLF

Virginia Woolf (1882-1941)
Virginia Woolf es una de las escritoras más influyentes del siglo XX, precursora de la literatura modernista y una de las voces fundamentales en la lucha por la emancipación femenina. Su obra se caracteriza por la experimentación narrativa, el monólogo interior y una sensibilidad única para captar la fluidez del tiempo y la subjetividad de la experiencia humana.
Nació en una familia de la alta sociedad británica, hija del historiador y crítico Leslie Stephen y de Julia Jackson. Su infancia estuvo marcada por la pérdida de su madre cuando tenía 13 años, seguida poco después por la muerte de su hermana Stella. Estos traumas desencadenaron sus primeros episodios depresivos.
A pesar de no recibir una educación formal universitaria (como era común en las mujeres de su época), creció rodeada de intelectuales y accedió a una vasta biblioteca en su hogar. Con su hermana Vanessa y su hermano Thoby, fundó el célebre Grupo de Bloomsbury, un círculo de artistas e intelectuales que incluyó a E. M. Forster, John Maynard Keynes y Lytton Strachey.
Su matrimonio con Leonard Woolf, en 1912, le brindó estabilidad emocional y profesional. Juntos fundaron la Hogarth Press, donde publicaron algunas de sus propias obras y textos clave del modernismo, como las primeras traducciones al inglés de Sigmund Freud y El proceso de Kafka.
Su producción literaria incluye novelas como La señora Dalloway (1925), Al faro (1927) y Las olas (1931), además de ensayos fundamentales como Una habitación propia (1929), donde defendió la independencia económica e intelectual de las mujeres como condición necesaria para su desarrollo creativo.
A lo largo de su vida, Woolf sufrió episodios de depresión y trastorno bipolar. Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, el temor por la destrucción de su mundo, el declive de su salud mental y el miedo a una nueva crisis nerviosa la llevaron al suicidio en 1941.
James Joyce y Virginia Woolf
James Joyce y Virginia wolf nacen y mueren en el mismo año y los dos marcan de modo inconfundible la narrativa moderna. Hay muy pocas novelas actuales que hayan conseguido escaparse de la influencia de uno de los maestros. El primero jugando con el lenguaje construyendo una mitología total del significado del nombre de la vida y la segunda con una veneración absoluta por el lenguaje.
Esto decía Virginia Woolf tras finalizar la lectura del Ulises, según la Enciclopedia de Literatura (tomo 5, p. 20):
“He terminado el Ulises y creo que es una obra fallida. A mi juicio no le falta talento pero de baja estrofa. El libro es difuso, es enmarañado, es pretencioso, es de baja ralea no solo en el sentido evidente sino también en la aceptación literaria. Me recuerda constantemente a un colegial con tendencia al comportamiento brutal rebosante de ingenio y capacidad pero tan pendiente de sí mismo tan egoísta que pierde la cabeza y se convierte en un ser extravagante amanerado vozinglero torpón y consigue que las personas amables le tengan lástima, que las personas severas se irriten y uno tiene esperanzas de que todo lo anterior le pasará cuando crezca pero como sea que ya tiene 40 años no parece probable que así ocurra.”
Curiosidades de Virginia Woolf
Uno de los episodios más oscuros de la vida de Virginia Woolf fue el abuso que sufrió por parte de sus hermanastros George y Gerald Duckworth cuando era niña. Aunque no habló abiertamente de ello en sus escritos, en sus diarios y cartas dejó entrever el profundo trauma que estos eventos le causaron. En Un ensayo autobiográfico (publicado póstumamente), describió cómo estos abusos marcaron su desarrollo emocional y su relación con los hombres.
Algunos biógrafos han sugerido que estos episodios contribuyeron a su inestabilidad mental y a su rechazo a las relaciones sexuales convencionales. Woolf tuvo una vida sentimental compleja: aunque amaba a su esposo Leonard Woolf, su relación fue en gran medida platónica.
A pesar de su matrimonio, Woolf tuvo una intensa relación con la escritora Vita Sackville-West, con quien intercambió apasionadas cartas de amor. Su romance inspiró Orlando (1928), una novela experimental en la que el protagonista cambia de sexo a lo largo de los siglos.
Vita fue un gran apoyo para Woolf en sus momentos de crisis, y aunque su romance terminó, siguieron siendo amigas hasta la muerte de Virginia. Orlando es considerada una de las primeras novelas de temática queer y una reflexión sobre la identidad de género y la inmortalidad del espíritu creativo.
Virginia Woolf estaba fascinada por la percepción del tiempo y la memoria, algo que exploró en novelas como La señora Dalloway y Al faro. Se inspiró en las teorías del filósofo Henri Bergson sobre el tiempo subjetivo y el flujo de la conciencia.
En La señora Dalloway, Woolf muestra cómo un solo día en la vida de Clarissa Dalloway puede estar lleno de recuerdos, asociaciones y emociones que se entrelazan con el presente. El uso del monólogo interior y la estructura fragmentada la convirtieron en una de las pioneras de la novela modernista.
Cansada de los editores tradicionales, Virginia y Leonard Woolf fundaron la Hogarth Press en 1917. Comenzaron con una pequeña imprenta en su propia casa y publicaron ediciones limitadas de libros que consideraban innovadores.
Gracias a esta independencia editorial, Woolf pudo experimentar libremente con su estilo sin las presiones comerciales. También publicaron obras de otros escritores vanguardistas como T. S. Eliot, Katherine Mansfield y E. M. Forster.
El 28 de marzo de 1941, Woolf, sintiéndose al borde de una nueva crisis depresiva, se puso un abrigo, llenó sus bolsillos de piedras y se adentró en el río Ouse, donde se ahogó. Su cuerpo no fue encontrado hasta tres semanas después.
Antes de morir, dejó dos cartas: una para su esposo Leonard y otra para su hermana Vanessa. En la carta a Leonard, escribió:
«Siento que voy a enloquecer otra vez. No puedo soportar esos terribles momentos otra vez. Esta vez no me recuperaré. Comienzo a oír voces, y no puedo concentrarme. Estoy luchando, pero sé que no puedo más. Te debo toda la felicidad de mi vida. Pero ya no puedo seguir arruinándote la vida. No puedo seguir luchando. Creo que nunca dos personas podrían haber sido más felices de lo que hemos sido nosotros.»
Su muerte conmocionó al mundo literario. Leonard Woolf guardó las cenizas de Virginia en su jardín, bajo un olmo, en la casa que compartieron en Sussex.
El ensayo Una habitación propia sigue siendo una referencia fundamental en el feminismo. En él, Woolf argumenta que las mujeres necesitan independencia económica y un espacio propio para poder crear.
Su legado también se refleja en la literatura contemporánea: escritoras como Margaret Atwood, Jeanette Winterson y Ali Smith han reconocido su influencia. Su estilo narrativo ha inspirado a generaciones de autores interesados en el flujo de la conciencia y la experimentación formal.
OBRAS
Obra publicada en 1929, «Una habitación propia» trata, básicamente, de la relación entre la condición femenina y la literatura, desde el punto de vista de una de las mejores y más singulares escritoras del siglo XX, Virginia Woolf (1882-1941), que volcó en cada una de sus páginas su inconfundible sensibilidad, el acervo de sus vivencias y su particular subjetividad. «Una mujer necesita dinero y una habitación propia para dedicarse a la literatura», proclama la autora al principio de estas páginas.
***Recuerda que esta página no hace apología de ninguna religión y que tan solo recomendamos libros por su contenido histórico y cultural.
El protagonista de esta historia, Orlando, un muchacho aristócrata de la corte de Isabel I no solo vive con intensidad una dilatada época que va des de la época isabelina hasta nuestros días, sino que tras un profundo sueño, se despierta encarnado en mujer. La agilidad con la que la autora teje este juego es una muestra excelente de un sentido del humor que pocas veces asociamos a la personalidad de Virginia Woolf y una exploración sobre la condición femenina que influirá en posteriores estudios de género.
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La historia comienza una soleada mañana de 1923 y termina esa misma noche, cuando empiezan a retirarse los invitados de una fiesta que se celebra en la mansión de los Dalloway. Aunque en el curso del día acaece un hecho trágico -el suicidio de un joven que volvió de la guerra psíquicamente perturbado-, lo esencial de la obra estriba en que los sucesos están narrados desde la mente de los personajes, con un lenguaje capaz de dibujar los meandros y ritmos escurridizos de la conciencia y de expresar la condición de la mujer de un modo a la vez íntimo y objetivo.
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Desde que se publicara en 1931, Las olas ha sido considerada una de las obras capitales de la narrativa del siglo XX, tanto por la originalidad e hipnótica belleza de su prosa como por la perfección de su revolucionaria técnica, y, con el paso de los años, su influencia en la literatura contemporánea ha ido acrecentándose.
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Basada en la propia infancia de la autora, Al faro cuenta la historia de la familia Ramsay durante sus visitas en el periodo de entreguerras a la casa de veraneo que tiene en la isla escocesa de Skye. En sus páginas, el rumor del mar, la presencia insomne del faro, la guerra, la muerte, el erotismo y el paso del tiempo se entreveran en una larga conversación formando un oleaje de símbolos, palabras e imágenes.
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Partiendo de la imagen dual que la preparadora de esta edición estableció en su anterior edición de «La señora Dalloway», la Virgen-Virginia de sus primeros años de aprendizaje, dentro de los parámetros de un primer modernismo británico, da paso ahora a la loba-Woolf que ya en plena madurez, segura de su talento narrativo, se lanza definitivamente a atacar, por su base ontológica y lingüística las instituciones que vertebran el poder en la Inglaterra de entreguerras: la familia, el sistema educativo, el patriarcado, la propiedad privada, el arte o la literatura como sistema privilegiado.
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