RAINER MARÍA RILKE

Rainer María Rilke (1875-1926)
Rainer Maria Rilke nació el 4 de diciembre de 1875 en Praga, entonces parte del Imperio Austrohúngaro. Su infancia estuvo marcada por la rígida educación impuesta por su madre, quien lo vestía con ropa femenina en recuerdo de una hermana fallecida. Su padre, un exoficial militar frustrado, lo envió a una academia militar, experiencia que Rilke detestó profundamente.
Pronto abandonó la formación castrense para dedicarse a la literatura. Estudió en las universidades de Praga, Múnich y Berlín, explorando filosofía, historia del arte y literatura. Su primer libro de poemas, Vida y canciones (1894), mostraba una fuerte influencia del simbolismo.
A lo largo de su vida, Rilke viajó extensamente. En Rusia conoció a León Tolstói y quedó fascinado por la espiritualidad del país. Más tarde, en París, trabajó como secretario de Auguste Rodin, quien influyó en su concepto de la creatividad artística. Su obra maestra, Las elegías de Duino (1922), sintetizó su pensamiento poético y existencial.
Murió el 29 de diciembre de 1926 en Suiza a causa de leucemia, dejando un legado que lo consagró como una de las voces más importantes de la poesía moderna.
Curiosidades de Rainer María Rilke y su relación con Auguste Rodin
Rilke creció en un ambiente contradictorio. Su madre, Sophie Entz, lo trató como una «reencarnación» de su hija fallecida, vistiéndolo con vestidos y fomentando su sensibilidad artística. En contraste, su padre, Josef Rilke, lo envió a una academia militar con la esperanza de que siguiera su carrera. La rigidez de este ambiente y el choque entre ambos mundos dejaron en el poeta una profunda sensación de desarraigo y melancolía, algo que impregna su obra.
En 1897, Rilke conoció a Lou Andreas-Salomé, una mujer de gran intelecto que había sido amiga y musa de Nietzsche. Lou, 14 años mayor que él, no solo se convirtió en su amante, sino también en su mentora. Fue ella quien lo instó a cambiar su nombre de René a Rainer para darle más fuerza y carácter. Su relación fue intensa pero breve; sin embargo, Lou siguió siendo su confidente hasta el final de su vida.
Durante sus viajes a Rusia en 1899 y 1900, Rilke quedó impactado por la espiritualidad del pueblo ruso y la visión humanista de Tolstói. Conoció personalmente al escritor en su finca de Yasnaya Polyana y quedó impresionado por su simpleza y sabiduría. Rusia se convirtió en un símbolo místico en su obra, y su poesía reflejó la influencia de la iconografía ortodoxa y el alma eslava.
En 1902, Rilke se trasladó a París para escribir una monografía sobre Auguste Rodin. El escultor francés le enseñó la importancia del «trabajo diario y constante», un consejo que Rilke adoptó en su propia poesía. Su estancia en París fue difícil, pues la ciudad le resultaba opresiva, pero le permitió desarrollar una poesía más concreta e intensa, como se refleja en El libro de las imágenes y Las nuevas poesías.
Durante su estancia en París, Rilke fue secretario del escultor Auguste Rodin. Este período fue fundamental en su desarrollo artístico, ya que Rodin le enseñó la importancia de la disciplina en el trabajo creativo, lo que se reflejó en la rigurosidad de su poesía.
La relación entre Rainer Maria Rilke y Auguste Rodin fue una de las más significativas y formativas en la vida del poeta alemán. Este vínculo no solo impactó profundamente la obra de Rilke, sino que también dejó una huella duradera en su enfoque hacia el arte y la creatividad.
Rilke conoció a Rodin en 1902, durante su estancia en París. En ese momento, Rilke estaba escribiendo un ensayo sobre el escultor, titulado Auguste Rodin (1903), que fue una de sus primeras obras en prosa dedicadas al arte. La admiración de Rilke por Rodin fue inmediata; veía en él a un maestro del arte que había logrado capturar la esencia de la forma y la materia.
A finales de 1905, Rilke aceptó trabajar como secretario personal de Rodin, un rol que desempeñó durante cerca de un año. Este trabajo le permitió estar en contacto directo con el proceso creativo del escultor, observar su método de trabajo y aprender sobre la disciplina artística.
Uno de los legados más importantes de Rodin para Rilke fue el concepto de «trabajo constante» en el arte. Rodin creía firmemente en la dedicación y en el esfuerzo continuo para alcanzar la excelencia artística, una filosofía que Rilke adoptó en su propia escritura. Esta idea de la «obra» como una búsqueda interminable de perfección fue algo que Rilke aplicó en su poesía, especialmente en sus obras más maduras, como las Elegías de Duino.
Rodin enseñó a Rilke a observar el mundo de manera diferente, enfocándose en los detalles y en la realidad física como fuentes de inspiración artística. Para Rodin, el arte era una forma de dar vida a la materia, y esta idea resonó profundamente en Rilke, quien comenzó a tratar la poesía como una forma de esculpir con palabras.
La influencia de Rodin es evidente en la evolución del estilo poético de Rilke. Después de trabajar con Rodin, la poesía de Rilke se volvió más objetiva y concreta, con un enfoque en la «cosa» como un objeto digno de contemplación artística. Esto es particularmente visible en su Libro de las Horas y Los Nuevos Poemas, donde Rilke explora temas y objetos cotidianos con una profundidad casi escultórica.
Aunque Rilke y Rodin compartieron una relación estrecha, también hubo tensiones. En 1906, Rodin despidió a Rilke abruptamente debido a una serie de malentendidos y diferencias en su estilo de vida. Sin embargo, a pesar de este distanciamiento, la influencia de Rodin permaneció en la obra de Rilke durante el resto de su vida.
La relación con Rodin marcó un antes y un después en la vida de Rilke, ayudándole a desarrollar una mayor madurez artística. Aunque la ruptura fue dolorosa, le permitió a Rilke encontrar su voz única en la poesía, que combinaría la disciplina aprendida de Rodin con su propia sensibilidad lírica.
La influencia fue mutua; Rodin también mostró aprecio por la profundidad de pensamiento de Rilke. Aunque no fue tan directamente influenciado como Rilke, Rodin respetó el talento y la visión poética del joven escritor.
En 1911, Rilke fue invitado al castillo de Duino, en la actual Italia, por la princesa Marie von Thurn und Taxis. Durante una tormenta en los acantilados del Adriático, escuchó en su mente las primeras líneas de Las elegías de Duino:
«¿Quién, si yo gritara, me oiría desde los coros celestiales?»
Esta experiencia casi mística marcó el inicio de la que sería su obra cumbre, aunque tardó una década en completarla.
Rilke mantuvo relaciones con varias mujeres influyentes, como la escultora Clara Westhoff, con quien tuvo una hija, Ruth. Sin embargo, su verdadera pasión estaba en la palabra escrita. Su correspondencia con mujeres como Lou Andreas-Salomé, Marie von Thurn und Taxis y Sidonie Nádherny de Borutin revela su profunda necesidad de comunicación y búsqueda de guía espiritual y emocional.
En sus últimos años, Rilke sufrió intensos dolores debido a la leucemia, pero rechazó los tratamientos médicos invasivos. Según la leyenda, se negó a que le cortaran una herida infectada por la espina de una rosa, afirmando: «¿Cómo podría traicionar a mi flor favorita?». Su epitafio, que él mismo escribió, refleja su fascinación por la muerte y la transformación:
«Rosa, oh pura contradicción,
placer de ser el sueño de nadie
bajo tantos párpados.»
OBRAS
Rainer Maria Rilke está considerado uno de los poetas más importantes de la literatura universal. Apasionado y enamoradizo, su vida estuvo marcada por su insaciable búsqueda de la belleza. Quiso vivir por y para el arte, y fiel a esa máxima se convirtió en un viajero incansable que visitó España, Egipto o el norte de África acumulando experiencias que alimentaban su producción artística.
***Recuerda que esta página no hace apología de ninguna religión y que tan solo recomendamos libros por su contenido histórico y cultural.
«Historias del buen Dios» es un conjunto de relatos breves, en los que Rilke deja constancia de su desbordante imaginación para crear argumentos ingeniosos y fantásticos en los que se percibe su idea de la clara separación entre cuerpo y alma, sus dudas ante las creencias religiosas, su idea de la trascendencia y de los sutiles límites entre la vida y la muerte. «Los apuntes de Malte Laurids Brigge», considerado como el texto cumbre de la producción narrativa del autor, es un texto experimental y original, que aporta una nueva forma de narrar. El hilo invisible que teje la obra es el difícil camino en la formación de un poeta.
***Recuerda que esta página no hace apología de ninguna religión y que tan solo recomendamos libros por su contenido histórico y cultural.
Su búsqueda de una soledad radical le llevó a viajar continuadamente desde 1896, y este nomadismo perpetuo confluye en la reivindicación simultánea del individualismo y del cosmopolitismo que mantuvo a lo largo de toda su vida. En esta antología poética, Jaime Ferreiro Alemparte nos hace entrar en Rilke, vivir sus símbolos, leer su oscuridad, recogiendo toda la gama de sentidos que cada poema y cada verso tienen en el original.
***Recuerda que esta página no hace apología de ninguna religión y que tan solo recomendamos libros por su contenido histórico y cultural.
Mauricio Wiesenthal, tras años de atenta lectura y estudio de la obra, las cartas y los documentosalgunos inéditosdel poeta, logra ahondar en el hombre, y nos ofrece una imagen mucho más compleja, sutil y humana del profeta de los réquiems y las elegías.
***Recuerda que esta página no hace apología de ninguna religión y que tan solo recomendamos libros por su contenido histórico y cultural.
«Elegías de Duino» es la obra más importante de Rilke. Suma poética articulada y completa, constituye su itinerario poético concluido, la aventura de la interiorización de la realidad entera. «Los Sonetos a Orfeo» son una especie de apéndice de las «Elegías». Con la misma temática y centrados en la figura de Orfeo, hacen de este mito una espléndida metáfora para plasmar el ideario de las «Elegías».
***Recuerda que esta página no hace apología de ninguna religión y que tan solo recomendamos libros por su contenido histórico y cultural.
Durante los primeros años de esa relacion, Rilke escribio los poemas que conformarian El libro de horas, una de sus mayores obras. Dividido en tres libros El libro de la vida monastica, El libro de la peregrinacion y El libro de la pobreza y de la muerte, El libro de horas es el resultado de un intenso proceso de maduracion vital e intelectual del autor y relata, de modo simbolico, las etapas de su idilio con Andreas-Salome.
***Recuerda que esta página no hace apología de ninguna religión y que tan solo recomendamos libros por su contenido histórico y cultural.