GUSTAVE FLAUBERT

Gustave Flaubert (1821-1880)

Gustave Flaubert nace el 12 de diciembre de 1821 en Ruan, Francia, en el seno de una familia burguesa. Su padre, Achille-Cléophas Flaubert, es un prestigioso cirujano, y su madre, Anne Justine Caroline Fleuriot, proviene de una familia de médicos. La infancia de Flaubert transcurre en el ambiente del hospital donde su padre trabaja, lo que influye en su visión realista y crítica del mundo.

En 1840, se traslada a París para estudiar, pero su desinterés por la abogacía y una crisis nerviosa en 1844 lo llevan a abandonar los estudios y regresar a Croisset, donde se dedicará por completo a la escritura.

A lo largo de su vida, mantiene una disciplina extrema en su labor literaria, reescribiendo obsesivamente sus textos hasta alcanzar la perfección estilística. En 1857 publica Madame Bovary, una novela que escandaliza a la sociedad de la época por su representación del adulterio y la desesperanza, llevándolo a juicio por inmoralidad. Sin embargo, el proceso judicial no solo le da notoriedad, sino que refuerza su reputación literaria.

Otras obras destacadas de su producción incluyen Salambó (1862), una novela histórica ambientada en la Cartago del siglo III a.C.; La educación sentimental (1869), que retrata la desilusión de una generación tras la Revolución de 1848; y Bouvard y Pécuchet (póstuma, 1881), una sátira sobre el ansia de conocimiento y el fracaso humano.

Flaubert muere el 8 de mayo de 1880 a causa de un derrame cerebral, dejando tras de sí una obra que marcará la literatura moderna por su rigor estilístico y su obsesión por la exactitud narrativa.

Curiosidades de Gustave Flaubert

A pesar de ser uno de los grandes novelistas del siglo XIX, Flaubert detestaba el proceso de escritura. Consideraba que cada frase debía ser esculpida con precisión quirúrgica, lo que le llevaba a leer sus textos en voz alta hasta que lograban el «ritmo» perfecto. Esta obsesión lo hacía avanzar con lentitud: tardó cinco años en escribir Madame Bovary y casi una década en completar Bouvard y Pécuchet.

Cuando Madame Bovary fue publicada en 1857, fue acusada de «ultraje a la moral pública y religiosa». La novela fue considerada obscena por su detallada descripción del adulterio y la insatisfacción de Emma Bovary. En el juicio, Flaubert defendió su obra como una crítica a la sociedad y no como una apología del libertinaje. Finalmente, fue absuelto, pero el escándalo contribuyó a la popularidad del libro.

Flaubert tuvo una intensa relación epistolar con la poetisa Louise Colet, con quien mantuvo un romance intermitente durante casi una década. Sin embargo, su temor al compromiso y su dedicación a la literatura hicieron que nunca convivieran. Sus cartas, llenas de reflexiones sobre el arte y la vida, son una de las mejores fuentes para comprender su pensamiento literario.

Pese a sus diferencias ideológicas y estilísticas, Flaubert y George Sand fueron grandes amigos. Mientras ella defendía la literatura comprometida, él creía en el arte por el arte. Sus cartas revelan un diálogo apasionado sobre literatura y política. Flaubert solía llamarla «mi querido maestro» y encontraba en ella un refugio frente a su misantropía.

Aunque provenía de una familia acomodada, Flaubert vivía de forma casi monástica en su casa de Croisset. Se imponía jornadas de trabajo agotadoras, rechazaba la vida social y evitaba cualquier distracción. Decía que el escritor debía sacrificarse por su obra, al punto de afirmar que «la literatura es una religión sin esperanza».

Una de las obsesiones de Flaubert era la lucha contra la mediocridad y la estupidez humana. Esta fijación se ve reflejada en Bouvard y Pécuchet, donde dos autodidactas fracasan en todos sus intentos de aprender. También recopiló frases hechas y clichés en su Diccionario de lugares comunes, una sátira de los tópicos vacíos que la gente repite sin pensar.

Flaubert es considerado el padre del realismo moderno y su estilo influyó en autores como Marcel Proust, James Joyce y Virginia Woolf. Su precisión obsesiva y su idea de la «impersonalidad del escritor» marcaron el desarrollo de la novela como género.

Flaubert no solo creó algunas de las obras más influyentes del siglo XIX, sino que su manera de concebir la literatura como un esfuerzo titánico y perfeccionista dejó una huella imborrable en la historia de las letras.

OBRAS

La historia de un ambicioso joven de provincias que se enamora de una mujer casada sirvió a Flaubert para crear uno de los hitos estilísticos de la literatura universal, La educación sentimental (1869), quizá su obra maestra, sin duda una de las novelas más perdurables de todos los tiempos. En la cubierta del barco que le lleva de París a su ciudad natal, Frédéric Moreau se quedará prendado de la belleza de la señora Arnoux. 

***Recuerda que esta página no hace apología de ninguna religión y que tan solo recomendamos libros por su contenido histórico y cultural. 

«Madame Bovary» es, sin lugar a dudas, una de las novelas más importantes de la literatura universal. Su publicación en 1856 suscitó un proceso por ofensa a la moral pública y a la religión, del que Flaubert salió absuelto. Favorecida por el escándalo, la novela inició a partir de ahí su camino a la gloria, que el paso del tiempo no hace sino acrecentar.

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«De todos modos no era feliz, ni tampoco lo había sido nunca. Cada sonrisa ocultaba un bostezo de hastío, cada alegría una maldición, todo placer su saciedad, y los mejores besos no dejaban en los labios más que el irrealizable anhelo de una más sofisticada voluptuosidad.»

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