JOHN STUART MILL

John Stuart Mill (1806-1873)

John Stuart Mill nació el 20 de mayo de 1806 en Londres, Inglaterra, en el seno de una familia intelectual y liberal. Era el hijo mayor de James Mill, un filósofo escocés y ferviente defensor del utilitarismo, y Harriet Barrow. Desde una edad temprana, John fue sometido a una educación rigurosa y sistemática que, bajo la supervisión estricta de su padre, lo formó en los principios del pensamiento lógico y el empirismo, influenciado por las ideas de Jeremy Bentham y la filosofía utilitarista.

A pesar de este sufrimiento, Mill siguió adelante, en parte gracias a su autodidactismo, su amor por la lectura y la influencia que su mentor Bentham tuvo sobre él. La educación recibida de su padre también lo llevó a convertirse en un defensor del utilitarismo y un intelectual comprometido con las causas de la libertad individual y la igualdad social.

Mill comenzó su carrera profesional en la Compañía de las Indias Orientales, donde ocupó varios cargos administrativos. Fue allí donde desarrolló una perspectiva más global sobre los problemas sociales y políticos, especialmente al entrar en contacto con la administración colonial británica. A lo largo de su vida, Mill se comprometió con los temas de la justicia, la libertad individual y los derechos humanos, y se convirtió en un prominente defensor de las reformas sociales y políticas.

Su obra más influyente es «Sobre la libertad» (On Liberty, 1859), en la que aborda los límites de la autoridad y la libertad individual. Mill argumenta que el único motivo legítimo para restringir la libertad de una persona es evitar el daño a los demás, un principio que se convertiría en una piedra angular de su filosofía política. En este libro, Mill también aboga por la tolerancia, la libertad de expresión y el derecho a la auto-realización, defendiendo la idea de que las sociedades deben permitir que los individuos busquen su propio camino, siempre que no interfieran con los derechos de otros.

John Stuart Mill falleció el 8 de mayo de 1873 en Avignon, Francia. Su legado perdura como uno de los filósofos más importantes de la tradición liberal y utilitarista, cuyas ideas siguen siendo relevantes en debates contemporáneos sobre derechos individuales, justicia social y la naturaleza del bien común.

Curiosidades de John Stuart Mill

John Stuart Mill fue un niño prodigio, quien, debido a la educación estricta de su padre, comenzó a leer y escribir a una edad sorprendentemente temprana. A los tres años ya leía y a los ocho, dominaba el griego clásico. Su padre, un firme seguidor de la filosofía utilitarista, le impartió una educación tan rigurosa y exhaustiva que no solo lo formó como un pensador, sino que también lo sometió a una vida de exigencias emocionales y sociales. La imposición de este régimen educativo llevó a Mill a sufrir una crisis emocional durante su adolescencia. A los 20 años, experimentó una profunda depresión, resultado de la falta de amigos y la sobrecarga intelectual, lo que lo hizo cuestionarse la dirección de su vida y el sentido de su existencia.

El utilitarismo fue la corriente filosófica que más influyó en el pensamiento de Mill. En su obra «El utilitarismo» (Utilitarianism, 1863), Mill refinó la teoría de Bentham, quien había propuesto que la moralidad debía basarse en la maximización de la felicidad y el bienestar general. Mill aceptó esta premisa, pero introdujo la noción de que no todas las formas de placer son iguales. A diferencia de Bentham, quien consideraba que cualquier placer, sin importar su naturaleza, debía ser valorado de la misma manera, Mill defendió una distinción entre los placeres de «calidad superior» (como el intelectual y el artístico) y los de «calidad inferior» (como los sensoriales). Para Mill, la calidad de la experiencia era tan importante como su cantidad.

En cuanto a su vida personal, Mill tuvo un matrimonio con Harriet Taylor, una mujer con ideas progresistas y feministas que influyó profundamente en su pensamiento. Aunque su matrimonio fue feliz, Harriet estaba casada con otro hombre cuando conoció a Mill, lo que originó una relación que fue muy controvertida en su época. Mill escribió muchas de sus obras más importantes después de la muerte de Harriet, quien fue una gran fuente de inspiración para él.

Además de su obra sobre la libertad, Mill fue un ferviente defensor de la igualdad de género. Su ensayo «El sometimiento de las mujeres» (The Subjection of Women, 1869) es una de las primeras obras sistemáticas de defensa de los derechos de las mujeres en la historia del pensamiento político occidental. Mill argumentó que la subyugación de las mujeres no solo era injusta, sino también perjudicial para el progreso de la sociedad. Exigió que las mujeres tuvieran los mismos derechos políticos, educativos y laborales que los hombres, algo radical para su época.

En «Principios de economía política» (Principles of Political Economy, 1848), Mill abordó cuestiones económicas y sociales, manteniendo una postura intermedia entre el liberalismo clásico y el socialismo. Aunque defendía la propiedad privada y el mercado libre, también abogó por una serie de reformas que garantizaran el bienestar general, como el salario mínimo, la educación universal y la redistribución de la riqueza. Esta obra consolidó a Mill como una figura clave en la economía política.

Mill también fue una figura central en el movimiento político británico, colaborando con otros pensadores progresistas de su época y desempeñando un papel clave en el desarrollo de ideas que más tarde serían fundamentales para la política social y liberal en el Reino Unido y en todo el mundo. Su enfoque filosófico, que defendía el progreso, la igualdad y la libertad, influyó en pensadores posteriores y sigue siendo una de las referencias clave en los estudios sobre libertad, justicia y derechos civiles.

Mantuvo correspondencia y relación con varios de los pensadores más influyentes de su época, incluidos Thomas Carlyle, Herbert Spencer y Auguste Comte, con quien tuvo una relación ambigua. Aunque inicialmente influenciado por el positivismo de Comte, Mill pronto se distanció de sus ideas y continuó desarrollando su propia teoría filosófica. Además, Mill fue un defensor de la educación como medio para la mejora social, y su enfoque de la ética y la política sigue siendo esencial para la tradición del pensamiento liberal contemporáneo.

El sometimiento de las mujeres desarrolla un completo y sistemático conjunto de argumentos destinados a desarticular dicha ideología. En esta edición, prologada por Emilia Pardo Bazán, se ofrece una magnífica introducción a cargo de Ana de Miguel, miembro del seminario permanente Feminismo e Ilustración

***Recuerda que esta página no hace apología de ninguna religión y que tan solo recomendamos libros por su contenido histórico y cultural. 

«Sobre la libertad» es una vibrante defensa de la libertad de pensamiento y expresión, una apasionada apología de la tolerancia y el respeto debido a las creencias o minorías disidentes, una audaz reivindicación de la espontaneidad y singularidad humana frente a la opresión ejercida por las autoridades, la costumbre o la opinión. 

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En este ensayo, escrito en 1859, nos habla Mill de la libertad, pero no en un sentido ético, sino, tal y como él dice, «de la libertad social o civil», es decir, nos desgrana la naturaleza y los límites del poder que la sociedad puede ejercer sobre el individuo. Todo un clásico del pensamiento político, que causa estupor por su aguda percepción de aquello que amenaza constantemente la libertad individual.

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