MELÉNDEZ VALDÉS

Meléndez Valdés (1754-1817)

Juan Meléndez Valdés nace el 11 de marzo de 1754 en Ribera del Fresno, Badajoz, en una familia de origen humilde. Su padre, Juan Meléndez, es un pequeño propietario rural, y su madre, María Valdés, se encarga de su educación temprana. Desde niño muestra una gran inteligencia y una inclinación natural hacia las letras, lo que le permite acceder a una educación superior a pesar de las dificultades económicas de su familia.

Tras estudiar en el colegio jesuita de Badajoz, se traslada a Salamanca, donde cursa Derecho en su célebre universidad. Allí entra en contacto con las corrientes ilustradas y con los grandes poetas neoclásicos de su tiempo. Uno de sus principales maestros es el erudito Ramón de Salas, quien influye decisivamente en su formación y en su estilo literario.

Meléndez Valdés se da a conocer como poeta en 1780, cuando gana un certamen de la Real Academia de Madrid con su poema Batilo, de inspiración anacreóntica. Su primer libro, Las anacreónticas, lo consagra como uno de los poetas más prometedores de su generación. Influido por Horacio, Garcilaso y fray Luis de León, su poesía inicial refleja el ideal neoclásico de la armonía, el equilibrio y el goce de la vida sencilla.

Sin embargo, a partir de 1785 su poesía evoluciona hacia un tono más melancólico y sentimental, influenciado por el prerromanticismo europeo. Su Égloga a Fabio y sus Poesías de 1797 muestran un creciente interés por la naturaleza y por las emociones humanas, alejándose del didactismo ilustrado. Esta evolución lo convierte en un poeta de transición entre el neoclasicismo y el romanticismo.

La invasión napoleónica de 1808 marca el momento más difícil de su vida: inicialmente, apoya a José Bonaparte como un mal menor para evitar la guerra, lo que le granjea la enemistad de los patriotas. En 1812, tras la retirada francesa, es arrestado y desterrado. Su salud se deteriora y muere en el exilio en Montpellier, Francia, el 24 de mayo de 1817.

Curiosidades de Meléndez Valdés

Paralelamente a su actividad literaria, Meléndez Valdés desarrolla una carrera como jurista y funcionario público. En 1783 es nombrado profesor de Humanidades en la Universidad de Salamanca, donde se convierte en una de las figuras intelectuales más destacadas de la Ilustración española. Defiende la educación como motor del progreso y aboga por la modernización de las instituciones españolas.

En 1789 se traslada a Madrid y comienza su carrera judicial, ascendiendo rápidamente gracias a su talento y a la protección de figuras influyentes como Jovellanos. En 1797 es nombrado alcalde del crimen en la Audiencia de Zaragoza y, poco después, fiscal del Consejo de Castilla. Desde su puesto, impulsa reformas ilustradas en la justicia y en la educación, lo que le genera numerosos enemigos entre los sectores más reaccionarios.

Con la llegada de Manuel Godoy al poder, Meléndez Valdés cae en desgracia y es relegado a cargos menores. Fue discípulo y amigo de Jovellanos, quien lo ayudó en su carrera política y lo animó en su evolución poética. Su obra oscila entre el ideal neoclásico y las emociones prerrománticas, anticipando el Romanticismo en España. Durante su exilio en Francia, vivió en la miseria y murió casi olvidado por sus contemporáneos. Su cuerpo fue trasladado a España en 1866, cuando se reconoció su importancia como poeta y jurista.

OBRAS

En esto libro presento al lector una selección de poemas españoles, sobre todo líricos, escritos, en su mayoría, entre los años 1701 y 1808, fecha esta última que marca, desde más de un punto de vista, el fin de la España del siglo XVIII. Los autores de estos versos nacieron entre 1662 (Álvarez de Toledo) y 1775 (Lista). Álvarez de Toledo también murió el primero (en 1714); y el último en morir fue Quintana, quien sobrevivió no sólo a todas las escuelas literarias del XVIII, sino también al auge de la literatura romántica, antes de fallecer en 1857

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