JOACHIM DU BELLAY

Joachim du Bellay (1522-1560)

Joachim du Bellay nace alrededor del año 1522 en el castillo de la Turmelière, en Liré, Anjou, Francia. Desde joven, muestra una inclinación por las letras y la poesía, como si los versos fluyeran en su sangre tanto como el vino en los banquetes. Se convierte en uno de los poetas más destacados del Renacimiento francés y un miembro fundador del grupo poético La Pléyade, donde su ingenio y destreza literaria brillan como un diamante en bruto.

A lo largo de su vida, du Bellay se dedica a la poesía y al servicio diplomático, viajando a Roma como secretario del cardenal Jean du Bellay. Su estancia en Roma, lejos de ser una sucesión de festines italianos, le inspira su obra más famosa, «Les Regrets», una colección de sonetos que refleja su nostalgia por Francia y su desencanto con la vida en la Ciudad Eterna. Es conocido por su frase «Heureux qui, comme Ulysse, a fait un beau voyage», que captura su anhelo por el hogar y la simplicidad, aunque probablemente también pensaba: «…y feliz quien no tenga que aguantar a los burócratas romanos».

Aunque su vida está marcada por la añoranza y la búsqueda de la perfección poética, du Bellay deja una huella indeleble en la literatura francesa con su compromiso con la lengua y la cultura francesas. Su estilo, una mezcla de lirismo y crítica sutil, lo convierte en una figura única en el panorama literario de su época. Las reuniones con du Bellay debían ser un verdadero festín de versos y conversaciones profundas.

Joachim du Bellay muere el 1 de enero de 1560 en París, dejando un legado que sigue siendo estudiado y admirado por generaciones de poetas y amantes de la literatura. Su vida está marcada por un compromiso inquebrantable con la poesía y una tendencia a ver el lado más poético de la existencia, haciendo que incluso las reflexiones más tristes tuvieran un toque de elegancia y belleza.

OBRAS

Joachim du Bellay fue uno de los máximos poetas del movimiento renacentista francés, que se conoció como La Pleiade. Redactor de la Defensa e ilustración de la lengua francesa, pasó del habitual petrarquismo a una poesía intimista, melancólica y en la que la personalización absoluta de los clásicos hace verdad -en sus sonetos- uno de los ideales máximos del Renacimiento literario. Poesía cultista y experimencial al mismo tiempo, en excelente traducción de Luis Antonio de Villena. Traducción y notas de Luís Antonio de Villena. Edición bilingüe.

***Recuerda que esta página no hace apología de ninguna religión y que tan solo recomendamos libros por su contenido histórico y cultural.