JUAN DEL ENZINA

Juan del Enzina (1468-1529)

Juan del Enzina nace alrededor del año 1468 en Fermoselle, un pintoresco pueblo de Zamora. Desde temprana edad, muestra una inclinación hacia las letras y la música, lo que lo lleva a convertirse en uno de los compositores y poetas más destacados del Renacimiento español. Con una lira en una mano y una pluma en la otra, Juan dedica su vida a embellecer el mundo con sus melodías y versos.

A lo largo de su carrera, Enzina se gana un lugar en la corte de los Reyes Católicos, donde sus villancicos y églogas se convierten en el deleite de nobles y plebeyos por igual. Es conocido por sus composiciones musicales, que reflejan el alma de la España renacentista con una elegancia que casi podría hacer bailar a las estatuas.

Aunque Juan nunca esconde su aprecio por las buenas tertulias y los banquetes copiosos, su verdadera pasión siempre es la creación artística. Con sus obras, logra capturar la esencia de la vida cotidiana y las emociones humanas, todo con un toque de humor y picardía que no pasa desapercibido.

Una de sus frases célebres, «¡Oh desdichado de mí, que mi tristeza no tiene fin!», resume su habilidad para transmitir la melancolía y la alegría en igual medida. No es solo un maestro de las palabras, sino también un auténtico personaje, cuya vida parece sacada de una novela que él mismo podría haber escrito.

Juan del Enzina muere alrededor del año 1529. Con un último acorde, su vida se convierte en una melodía eterna, tan vibrante y colorida como las notas que alguna vez plasmó en su pentagrama.

Encina confirió carácter al teatro-espectáculo cortesano al darle mayor entidad literaria y elevar su condición artística y poética. Imprimió un ritmo teatral, fijó las condiciones de la puesta en escena y potenció el elemento lírico y musical. Esta edición recoge las catorce piezas que constituyen su producción dramática.

***Recuerda que esta página no hace apología de ninguna religión y que tan solo recomendamos libros por su contenido histórico y cultural. 

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